martes, 30 de junio de 2009

Sobre Resident Evil 5 (y toda la saga en general)



Quien no haya jugado la saga de Resident Evil y tenga la intención de hacerlo, mejor abstengase de leer lo siguiente; le podría arruinar muchas sorpresas.

Ya no puedo decir que soy un videojugador, porque he dejado las consolas muy de lado, pero el caso es que sí fui un videojugador en algún momento de mi vida, y uno de los juegos que más gocé jugando fue Resident Evil. Debo reconocer que no comencé desde el principio: nunca tuve un PSX, por lo que mi primer contacto con Resident fue la versión que sacaron para el N64 de el segundo juego de la saga.

El juego me impresionó desde el principio. Era algo totalmente diferente a lo que yo estaba acostumbrado a jugar. Ya Silent Hill había pasado frente a mis ojos, pero Resident tenía algo especial. Era tan distinto que he de admitir que en un principio me aburrí y le perdí el gusto, por lo difícil que me resultó. El miedo que daba jugarlo también influyó en mi primer rechazo. A veces hasta me costaba dormir por las noches tras haber jugado un rato prolongado. Sin embargo, la historia de Leon y Claire, que llegan a Racoon City en el peor momento (cuando la ciudad recién se ha infestado de zombis hambrientos) era muy absorbende y una vez se había superado el impacto inicial, el juego se volvía adictivo; definitivamente no creo que alguien pueda comenzarlo y dejarlo sin terminar. En total, lo he terminado unas quince veces, y aún no creo que lo haya jugado por última vez. Razones para jugarlo tanto, hay muchas: además de que el juego en sí es excelente (buena historia bien contada, excelente jugabilidad, gráficos y sonido impresionantes para la época), el paquete era más grande de lo que parecía: uno tenía dos personajes a elegir, Leon y Claire, y al terminar el juego con uno, tenía la oportunidad de volverlo a jugar desde la perspectiva del otro. O sea, uno podía tener la historia completa, lo que le pasó a ambos personajes. Y no solo eso, la cosa cambiaba al comenzar un nuevo juego con el otro personaje: si en la primera vuelta uno jugó con Leon e hizo la segunda parte con Claire, puede vivir una nueva versión de la historia si comienza con Claire y termina con Leon. En este momento no recuerdo otro título que ofrezca tantas posibilidades (Creo que el Alone in the dark de PSX tenía algo así, pero nunca lo jugué como para comprobarlo). Se trata de cuatro finales, pero no solo eso: son cuatro formas diferentes de experimentar la trama entera, no solo el final. Este juego, junto con su predecesor, instauró lo que serían las características clásicas de la saga: el ambiente claustrofóbico, la atmósfera terrorífica y desesperante, la angustia por la limitada cantidad de ítemes que se pueden cargar, las escasas balas y medicinas y, por supuesto, los abundantes y terroríficos zombies. Así mismo, el juego explota un recurso que, aunque lo he visto en muchos otros juegos, en ninguno me ha parecido tan efectivo: los sustos. En determinado momento, al pasar por un pasillo con ventanas en medio de un aplastante silencio, de pronto los vidrios se rompen violentamente y entran un montón de zombis dispuestos a comernos. La sorpresa y el manejo del sonido, así como de la música, hacen que el corazón se le quiera salir a uno del pecho y que hasta necesite unos minutos para recuperar la calma. El ejemplo que puse es hipotético, hay muchas clases de sustos en Resident y en todos uno brinca y quiere soltar el control. Esos momentos lo hacían a uno desconfiar siempre de las partes en que no había música y el sonido se reducía a ese insoportable silencio; era signo de que algo probablemente iba a pasar y no iba a ser agradable. Eso, en mi opinión, eso se llama crear una atmósfera de mucha calidad, y hasta muchas películas fallan en ello mientras que Resident Evil sí lo lograba.

Quien vaya leyendo hasta aquí se preguntará por qué tanto dato de RE 2 si el título señala que hablaré del 5. En efecto, así será, pero lo que quiero comentar de la última entrega de la saga no sería posible sin lo que hablé de la segunda.

Luego del 2, jugué todos los demás títulos de la saga principal: Resident Evil 3: Nemesis, Resident Evil: Code Veronica, Resident Evil 0 y Resident Evil 4. El primero, Resident Evil, lo jugué solo una vez en su versión original para PSX, por lo difícil que era ya conseguir un ejemplar, pero luego tuve la oportunidad de vivirlo en el excelente refrito que hizo Capcom para el GameCube de Nintendo. Se trata de un juego genial, que también daba la oportunidad de jugar con dos personajes y darle la vuelta al juego cuatro veces obteniendo distintas situaciones durante la trama y al final. La atmósfera era la misma: asfixiante y angustiosa hasta más no poder. El 3 me pareció un poco desmerecedor de su antecesor, pues aunque la presencia de Nemesis aportaba mucha intensidad y el juego en sí entretenía muchísimo, se perdía esa magia de tener dos personajes con los cuales poder jugar el juego entero, así como la profundidad de las tramas anteriores. Punto a favor era la jugabilidad: los movimientos que se podían realizar con Jill eran muy inovadores y daban un aire fresco a la saga, que nos tenía acostumbrados a disparar y simplemente recibir mordiscos de los zombies cuando se nos acercaran demasiado. Code Veronica fue bastante bueno. No aportaba mucho (los movimientos especiales del 3 fueron eliminados, excepto el giro rápido de 180 grados), pero la historia era tan envolvente como en las primeras ocasiones y, aunque no existía la posibilidad de jugar de jugar el juego de nuevo para obtener nuevas escenas, la duración del mismo era suficiente como para sentirse satisfecho una vez se terminaba. Resident Evil 0, por su parte, también me encantó: era interesante ver la historia del Bravo team, que en RE1 se mencionaba como desaparecido. Así mismo, la ténica de usar dos personajes a la vez y tener que ponerlos a colaborar resultó realmente genial; se trató de una gran inovación y un soplo de aire fresco.

Ahora bien, con Resident Evil 4 comenzó la debacle. No quiero que se me malentienda: RE4 es un juego excepcional. En realidad, me parece que es el juego más entretenido que he jugado en mi vida. Dinámico, intenso, emocionante, adictivo, con un excelente nivel técnico, tanto en gráficos como en sonido... en fin, una maravilla del entretenimiento digital. Sin embargo, existe un grave problema con ese juego: en el sentido estricto, ya no es un Resident Evil. Desde el final de Code Veronica, donde Chris asegura que el siguiente paso es destruir Umbrella de una vez por todas, siempre estuve esperando ese título que presentara la historia de como los sobrevivientes del desastre de Racoon City y quién sabe quiénes más, se enfrentaran directamente a Umbrella. Sin embargo, en RE4, desde un principio, se nos asegura que Umbrella ya dejó de existir, dada la crisis económica que la llevó a la quiebra por los rumores de su relación con los hechos de Racoon. Entonces, me pregunté yo al leer ese texto que introducía el juego, ¿de qué rayos va a tratar este, si no es de la lucha contra Umbrella? Pues bien, resultó que Leon, luego de lo que vivió en RE2, se convirtió en agente del gobierno y es enviado a Europa a buscar a la hija del presidente de EEUU, que fue raptada. En su búsqueda, se encuentra con una extraña organización religiosa que utiliza un virus extraído de fósiles, conocido como "Las plagas", el cual convierte a los infectados en energúmenos, hasta que finalmente los mata, generando en su lugar una extraña criatura insectoide. Como puede notarse, nada que ver con la historia original. Pero no solo la historia cambió: aunque la jugabilidad es excelente, es diametralmente distinta a la de los RE anteriores ya no existe la sensación claustrofóbica ni la constante aparición de puzzles, característica primordial de los anteriores. Desaparece la exploración exaustiva de los escenarios, que antes era necesaria para lograr avanzar. El juego es sumamente lineal y se concentra por completo en la acción. En realidad, salvo algunas partes muy cortas, ni siquiera da miedo. De hecho recuerdo claramente cuando, al estar jugando, un primo que había visto conmigo todos los RE anteriores me dijo: "Pero JuanPa, eso no parece un Resident... parece un juego de guerra común y corriente". No hay mejor frase para explicar el asunto. RE4 parece más un shooter que un survival horror. En realidad, es un shooter, solo que se quiere uno engañar por que se llama Resident Evil. Un aspecto poco acertado me parece el hecho de que uno se pase casi todo el juego matando gente que, salvo por su agresividad, parece perfectamente normal. Es que la verdad, ¿qué es Resident Evil sin zombis? No me resisto al cambio, pero es que hay cosas que no deben cambiar, es como que de pronto Slayer deje de tocar thrash. Tal vez podría hacer muy buena música en otro género o sub género, pero ya no sería Slayer, y Slayer, al ser Slayer, debe seguir siendo Slayer. Resident Evil 4 es un gran juego, pero no es un Resident Evil.

Ahora, ¿qué pasa con el 5? Ayer mismo tuve la oportunidad de jugarlo completo y pues el hecho es que mantiene exactamente la misma línea del 4. La jugabilidad es exactamente igual y, una vez más, los enemigos no son zombis, sino personas normales medio locas por un virus que al final termina saliéndoseles en forma de aberraciones horribles. Una vez más, no se me malinterprete: es un juegazo, y se pasa un tiempo maravilloso jugándolo. Como punto a favor debo resaltar que regresa la forma cooperativa del RE0, aunque un poco distinta, más ágil, tal vez. Además, la presencia de dos personajes permite que dos personas cooperen en el juego y lo ganen de esa manera, lo cual también me pareció excelente. Sin embargo, insisto, eso ya no es Resident Evil.

Este blog se ha convertido cada vez más en un espacio donde denuncio a las compañías creadoras de material de consumo masivo que se empeñan en generar ganancias dándole a su público productos empaquetados de forma impecable, pero que carecen por completo de contenido. Esta no es la excepción. Para mi, luego de que Racoon City fue destruída en RE3 y que Chris afirmara que ahora se encargaría de destruir Umbrella en Code Veronica, el único futuro de RE era la culminación. Un juego (o dos, lo concedo) en que se mostrara la batalla final entre los sobrevivientes a las infestaciones y la malvada compañía farmacéutica. ¿Era muchoo pedir? Claro que sí, ¿por qué? Pues porque una mina de oro como Resident Evil debe perpetuarse hasta lo infinito con tal de que siga produciendo, así sea mediante secuelas forzadas y absurdas en las que apenas se nos cuentan historias generadas a partir de la original.

Atrás quedaron los días en que poner Resident Evil en la consola significaba estar a las puertas de una obra de arte: una historia ingeniosa y envolvente, una narración intrigante, una atmósfera tétrica y una jugabilidad excepcional. Con nostalgia, desempolvo mi vieja copia de Resident Evil 2 y me preparo a ganarlo una vez más, con la seguridad en el corazón de que otro juego como ese ya no se repetirá.