tag:blogger.com,1999:blog-44765769970631682702024-02-28T15:44:07.516-08:00Miasfera...Literatura, videojuegos, cine, métal, opinión...J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.comBlogger37125tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-44803158572844274582013-05-09T14:34:00.001-07:002013-05-09T14:34:35.075-07:00Iron Man 3 o todo es culpa de Christopher Nolan...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCH4diH9qET0KMuqgTi6QkjYQ9z6cV6096BxsaCFnkFFbdsygCfHMZQBwymvlC4gBngE3zx4k8upfb5vPKLMDxNfONi4UIti8qzy_K29cQV6218vxGRdcpzMRaaqPmzJlwVTvcV5JP9Mc/s1600/header-iron-man-3-new-tv-spot-and-mandarin-featurette.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCH4diH9qET0KMuqgTi6QkjYQ9z6cV6096BxsaCFnkFFbdsygCfHMZQBwymvlC4gBngE3zx4k8upfb5vPKLMDxNfONi4UIti8qzy_K29cQV6218vxGRdcpzMRaaqPmzJlwVTvcV5JP9Mc/s320/header-iron-man-3-new-tv-spot-and-mandarin-featurette.jpg" width="227" /></a></div>
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Soy más de DC que de Marvel. Con todo, Iron Man, Hulk, Capitán América y Thor son casi tan parte de mi infancia como Supermán, Batman y Robin, la Mujer Maravilla y demás miembros de los Súper Amigos. Además, en este momento, cualquier aficionado a las películas de súper héroes tiene que haber sido atrapado por una u otra de las taquilleras películas con que Marvel nos ha estado bombardeando.No todas me gustaron, pero Iron Man, Hulk y Los Vengadores sí me sacaron el menudo. Claro, no como las Batman de Christopher Nolan, pero sí me agradaron mucho. Ahora bien, la tercera Iron Man había despertado un gran interés en mí y de eso es que quiero hablar. <span style="color: cyan;"><span style="color: yellow;">Quien no haya visto la cinta, mejor no siga leyendo</span>.</span> Voy a contar mucho.<br /><br />Comencemos con mis expectativas. El pesimismo dicta que es mejor no esperar nada, pues la esperanza se transforma facilmente en decepción. Comparto la postura, pero hay casos (muchos, la verdad) en que es imposible no esperar. Sobre todo con el cine de Hollywood, que mediante los llamados "trailers" (que yo diría que son ya una forma de arte audiovisual aparte) sabe llenarnos la cabeza de ideas sobre las películas venideras. El caso de Iron Man 3 fue especial para mí. Desde la primera Iron Man, la ausencia de El Mandarín me llamó la atención. No es que conozca mucho de los cómics del hombre de hierro, pero sí me tiré gran parte de la serie animada noventera, en la que el Mandarín era el villano por excelencia. Era el Guasón de Iron Man, por así decirlo. Pues bien, pasó una y pasó otra cinta y nada de Mandarín. En eso, un día veo en <a href="http://www.imdb.com/">IMDB</a> el anuncio de la futura tercera entrega. La sinopsis decía algo así: "Iron Man viaja a China para enfrentar a su archienemigo El Mandarín". Era muy poco, pero... pero... ¡EL MANDARÍN! ¡Por fin! Se habían guardado al villano más característico durante dos películas, pero por fin lo tendríamos. Poco a poco la información sobre la película fue aumentando y supimos más. Cuando se reveló que Ben Kingsley sería el actor, casi se me había olvidado que la idea original era que el personaje sería chino. En fin, con ese actorazo, había que esperar algo muy bueno. Cuando comenzaron a aparecer los pósters, la emoción no pudo más que crecer. Escogí intencionalmente la imagen para ilustrar esta entrada porque fue precisamente la que disparó mi ansiedad. El Mandarín, bien sentado y con el caso de Iron Man bajo el pie... y además, en los avances se veían las armaduras explotando, la casa de Stark siendo destruida, Pepper con un casco casi partido en la mano... Todo parecía indicar que veríamos algo así como The Iron Man Rises, puesto que, tal como le pasó a Batman, el acorazado se vería finalmente frente a un oponente que lo superaría en poder y lo llevaría al límite de su resistencia. Pues bien, con todo ese bagaje emocional me fui al cine a ver Iron Man 3.<br /><br />Bueno, la cinta no me gustó. La trama me pareció más enredada de lo necesario y con un desarrollo de personajes muy mal realizado. El personaje de Stark se quiso llevar a un nuevo nivel, volviéndolo más emocional y atento, pero a mi criterio se fracasó miserablemente puesto que esto nunca resulta creíble. Los ataques de ansiedad, que se supone son consecuencia de los traumáticos eventos que el mae experimentó en Los Vengadores, son importantes solo en una sección de la cinta. Pronto los supera y, la verdad, tampoco es que alguna vez fueran tan importantes. La relación con Pepper nunca se termina de entender: ¿están mal, están bien, están más o menos? Parece que se trató de complicar las cosas entre ellos, pero al fin y al cabo nunca se percibe que haya un verdadero conflicto. Luego, lo de la obsesión de Tony con el trabajo tampoco se desarrolla adecuadamente: se supone que el mae tiene rato de no dormir y yo siempre lo vi despabilado, bien peinado, perfectamente capaz de cualquier cosa. La aparición del chiquito que lo ayuda tampoco me gustó. Resulta que a falta de armadura, Stark se puede hacer un montón de armas letales basándose en los juguetes del güila... ¬¬ Puña, yo sé que el mae es un ingeniero rajadísimo pero... pero... pero ajá. Además, el personaje del niño queda ahí, en el aire, simplemente como un paso más en la trama. Todo para que al final Tony le regale un montón de cosas.<br /><br />Por momentos, algunos acontecimientos parecían chistes. Ejemplo: cuando Stark le revela a la prensa su dirección para que el Mandarín venga por él. O sea: ¿nadie sabía dónde vivía el multimillonario Tony Stark? ¿Nadie sabía donde estaba esa semejante mansión clavada en un acantilado? Hágame el favor. Segundo ejemplo: al final, Tony se somete a una operación para que le quiten el pedazo de perdigón que tiene en el pecho desde la primera película. Si el asunto era operable, ¿por qué entonces se hizo ese dispositivo que impedía que el metal le llegara al corazón? ¿Por qué no se había operado desde un principio? Ese acontecimiento me parecío tan increíblemente absurdo que pido a quienes lean esta entrada que me expliquen si fue que yo no entendí algo de las películas anteriores, puesto que me niego a creer que el asunto fuera tan fácil de resolver como una intervención quirúrgica y, en lugar de eso, el mae se haya metido ese chunche en el pecho. Y finalmente, el desenlace, en que el mae decide deshacerse de Iron Man para dedicarse a su relación amorosa también me decepcionó. No hay suficiente motivación ni desarrollo emocional de la pareja como para que el hecho tenga total sentido. Tal vez sea el niño que soy oponiéndose a que el héroe se deshaga de su poder en nombre del amor. Quién sabe. El caso es que no me gustó. <br /><br />Ahora bien, lo peor: el Mandarín. Pues sí, lo que me tenía más ilusionado terminó siendo lo peor de la película. Porque resulta que el gran Mandarín, el archienemigo de Iron Man, el que según yo lo iba a llevar al límite, resultó ser solo la pantalla de otro villano. Era un actor al que vestían de amenaza medio oriental para sembrar el terror y ocultar a los verdaderos responsables de los atentados. Aclaro algo: la idea no es mala, sobre todo en la actualidad, cuando el terrorismo ha cobrado tanta importancia y está en el eje del imaginario gringo, pero ¿no podían haber evitado el uso de un personaje como el Mandarín? Creo que se tomaron tal libertad porque Iron Man y sus enemigos no son tan populares como otros personajes. Nadie haría algo así con el Guasón o con Lex Luthor, por citar dos ejemplos. Alguien me decía que hubiera sido ridículo que, en el universo realista y contemporáneo en que se ambienta Iron Man, apareciera el Mandarín clásico con sus diez anillos mágicos. No obstante, como le contestó otro compa, ese unvierso es el mismo en el que existe Thor. Y con todo, yo no pedía los anillos ni magia, con que el Mandarín hubiera sido una verdadera amenaza, un personaje sólido y real, yo me hubiera quedado callado. Pero lo que hicieron me parece inaceptable. Francamente, hasta me sentí estafado, luego de los pósters y los avances tan prometedores.<br /><br />En fin, Iron Man 3 fue un taquillazo y se ganó a millones de personas. Probablemente muchos no vieron nunca la serie animada. O tal vez opinan como mi conocido, quien defendió el "realismo" del Mandarín. El caso es que yo sospecho que todo es culpa de Christopher Nolan, quien subió mucho, muchísimo, el nivel de las películas de súper héroes, por lo que después de su trilogía de Batman, todos los realizadores la tendrán muy difícil para convencernos. A mí, por lo menos.</div>
J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-56554067905466321892012-05-24T13:18:00.003-07:002012-05-24T13:18:39.371-07:00Crónica de un título inesperado...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguSQCAdjwNPYYY8nJflQ5nTwQvNCHmN6l98199M9uJe8yk0OY10gSGMj7xa9dAmWVTXXXDK0Go3mEm-IrbZLpnzt4sKvSbAP1cl2fROLAWRJTzFcssaPMiGQhIbO0d_03PifBqG09Az5A/s1600/Herediano+campeon.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguSQCAdjwNPYYY8nJflQ5nTwQvNCHmN6l98199M9uJe8yk0OY10gSGMj7xa9dAmWVTXXXDK0Go3mEm-IrbZLpnzt4sKvSbAP1cl2fROLAWRJTzFcssaPMiGQhIbO0d_03PifBqG09Az5A/s400/Herediano+campeon.jpg" width="400" /></a></div>
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Heredia es campeón. Son tres palabras que todo herediano tenía atravesadas entre el pecho y la espalda desde hace demasiado tiempo, tragadas una y otra vez en tantas finales a las que el equipo llegó y perdió. Sin embargo, no más. Finalmente el campeonato se nos hizo y lo estamos celebrando. Curiosamente, dejándose de varas, el título llegó en el momento en que menos nos lo esperábamos. De eso quiero hablar. Y hay que empezar por el verdadero principio, en el Ricardo Saprissa.<br /><br /><span style="color: yellow;">Domingo 22 de abril de 2012, Ricardo Saprissa: Saprissa 1 - Herediano 3.</span><br /><br />Muchos lo creyeron el último partido de Heredia en el campeonato. Yo entre ellos. ¿Qué más podía uno pensar? No dependía de nosotros. Indpendientemente de que la Liga había limpiado el piso con Pérez Zeledón, coronando así su vuelta (im)perfecta, Cartago la tenía servida ante un Limón que venía de ser destruido en Belén 7 goles a 0. El triunfo cartaginés paracía inevitable, así que, con humildad y realismo, me resigné a apoyar a mi equipo para que hiciera un buen papel en el siempre difícil estadio saprissista. La idea era "morir con las botas puestas". Y qué manera de ponérselas. La Flecha clavó el primero tras enganchar elegantemente. Colindres empató al puro principio del segundo tiempo. Cubero puso el segundo herediano adentro de cabeza y Cancela, tras una escapada del Mambo por la derecha, puso el definitivo 3 a 1. Ganarle a Saprissa nunca está de más. Hay rivalidad de por medio, hay picante por tratarse del equipo más (justamente) orgulloso del país, hay gusto de ganar de visita, y hay gusto por simplemente ganar, por supuesto. Sin embargo, había un desencanto palpable. Se resume en las palabras que soltó mi papá: ¿por qúe putas Heredia no jugó así desde el principio del campeonato? Ahora que ya no hay nada qué hacer sí le ponen ganas, manda güevo. Yo no podía estar más de acuerdo. Pero bueno, ahora tocaría ver la recta final del campeonato por la tele, desde la barrera, esperar el próximo campeonato a ver qué pasaba. Y con todo, la barra herediana, sumida en un rinconcito del Ricardo, empezaba a agitar banderas y brincar más alto. ¿Qué pasaba? Mi tata: ¡ponga el seis, ponga el seis! Y no era paja: Limón le ganaba a Cartago. Sumido en la celebración de los goles y en la resignación de que no importaba nada, para Heredia ya no había mañana, se me había olvidado el otro partido. Pasaba lo imposible: Cartago perdía el partido y, con ello, la posibilidad de clasificar. Y aunque la Liga se les iba encima por diferencia de goles, nada importaba ya: Heredia era el indiscutible cuarto lugar con 34 puntos. Heredia estaba en semifinales.</div>
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Sábado 28 de abril de 2012, Eladio Rosabal Cordero: Herediano 1 - Pérez Zeledón 1.</div>
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"De aquí en adelante todo es ganancia". Le comenté a mi papá una vez conseguido el boleto a semifinales. En relidad, Heredia se había colado a la fase final. Se le habían dado los resultados y, a pesar de la racha positiva que pasaba el equipo (no perdía desde que Odir Jaques asumió el puesto de entrenador), no parecía haber muchas posibilidades de pelear por el campeonato. Nos tocaba nada menos que el líder Pérez Zeledón en semifinales. Heredia cerraría todos sus partidos de visita, dada su posición en la tabla final, por debajo de todos los demás clasificados. Y llegó el primer partido. Heredia golpeó primero. Una jugada extraña frente al marco defendido por Adrián Delemos (algunos señalaron falta, otros mala salida del portero) terminó en gol de Enoch Pérez. Enoch. Qué hombre para pulsearla. Mi tata al principio del torneo no podía creer que siguiera en la plantilla, y tras aquel golazo que le hizo a Orión empezó a quererlo. No es un gran jugador, no tiene grandes recursos técnicos, pero le pone y en un futbol tan limitado como el nuestro eso valo mucho. Corrían apenas los siete minutos del primer tiempo. Teníamos tiempo para hacer más e irnos a Pérez tranquilos. Sin embargo, un juego desordenado y poco efectivo impidió que se generaran más opciones, lo cual PZ aprovechó para encajar el empate al 68 con un cabezazo de Roberto Wong. Y la verdad, como es costumbre, Moreira nos salvó más de una vez. A cerrar a Pérez. "Ahí se van" me dijo un compa al terminar el partido. Parecía inevitable. Y sin embargo, maldita Esperanza, aquí seguías viva. Había que ver qué pasaba.<br /><br /><span style="color: yellow;">Domingo 6 de mayo de 2012, Municipal de Pérez Zeledón. Pérez Zeledón 0 - Herediano 2.</span></div>
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Quien pensó en un partido definido se vio desengañado. Francamente, el PZ de todo el torneo se había perdido hacía rato. Derrotado por Santos, San Carlos y Alajuela, llegaba a semifinales gracias a la renta del resto del campeonato. Lo cierto es que en Heredia había sacado un buen resultado y un sólo gol podía ponerlos en la final. Sin embargo, las cosas fueron totalmente al revés. El primer tiempo fue cauteloso. Heredia se paró bien atrás y trató de presionar en la media. Pronto entendió que no tenía por qué encerrarse ni mucho menos. En el segundo tiempo se adelantaron las líneas y los goles cayeron. ¡Mambo, Mambo! ¿Quién lo iba a pensar? Un tiro suyo rebotó en el poste y fue adentro tras estrellarse en la cara de un defensa pezetero al 65. ¡Gol! ¡Gol! Heredia se estaba jalando la torta, era increíble pero estaba pasando, contra todo pronóstico se estaba ganando su boleto a la final y el colmo de la euforia fue al 80. ¿Quién? ¡El Mambo! En el centro de mi memoria apareció la imagen de un aficionado pezetero que, en el primer partido disputado entre nuestros equipos en la primera fase del torneo, le gritaba de todo al Mambo por su mal desempeño. Jamás volveré a verlo, es de esas personas que uno se encuentra una única vez en el estadio, pero ese segundo gol del Mambo se lo dediqué en mis adentros. Ahí tiene señor, el mismo del que usted y tantos se burlaron hoy rindió y de sobra. Heredia a la final contra el Santos que dejó fuera a Saprissa. Muchos dijeron que la teníamos ganada, pero no se podía cantar victoria. Los heredianos lo sabemos demasiado bien.</div>
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Sábado 12 de mayo de 2012, Eladio Rosabal Cordero. Herediano 4 - Santos 2.</div>
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Fue mi primera final en el estadio. La fiesta del futbol se desbordaba por la cuidad: cimarronas, mascaradas, camisetas, bailes, gritos, cornetas. Todo el mundo de rojiamarillo, todo el mundo con su ilusión viva a pesar de tantos años, de tantas derrotas dolorosísimas. Ese es el orgullo de ser herediano que nadie entiende y que quizá nunca entiendan. Poco importa: lo que se siente muy adentro no se puede explicar. Está ahí y se siente, eso es lo grande. No obstante, las reservas estaban presentes también. Muy en el fondo los heredianos temíamos otra decepción. Teníamos en frente a un equipo no tradicional, pero ya Liberia nos había enterrado años atrás en nuestro propio campo, con un rotundo 0 a 3 que jamás olvidaríamos. No, los heredianos conocemos muy bien la cautela, la reserva. Las ansias porque empezara el partido eran casi incontroblables. Y empezó. Llegadas. Llegadas. Llegadas. El Mambo, Chucky, La Flecha, Cancela, todo mundo llegaba pero no caía el gol. La gradería de sol sentía ya las piernas adoloridas de tanto levantarse y volverse a sentar, cuando cayó el gol del Santos. Silencio. ¿Qué más podía ocurrir? El estadio silenciado y el equipo entero del Santos, hasta el portero, fundido en un abrazo. ¿Cómo diablos? Pues sí, el Santos nos ganaba en nuestro patio. Así terminó el primer tiempo. Mi tata: ¿No quiere comer algo? Yo: No. Mi tata: Ni hambre le da a uno. En efecto. Ni hambre. </div>
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Empezó el segundo tiempo y sólo tuvimos que esperar un minuto para desatar ese grito que se nos había ahogado todo el primer tiempo. ¡Cubero, el gran Cubero! Alma, vida y corazón heredianos fundidos en ese hombre, camiseta número 14, la misma que yo me fui a comprar días después de que perdiéramos el torneo anterior ante Alajuela por un penal que él mismo botó, por si a alguien le quedan dudas de que lo admiro. Gol, gol de Cubero. Un minutode juego, vamos Heredia, tiene que poderse, hay que sacudirse la historia y seguir adelante, ¡Vamos, vamos! Y tres minutos después, otra vez silencio. Mi mamá, liguista, dice que lloró al recibir mi mensaje de texto: "¡Qué hijueputa, no puede ser!". Cinco palabras que expresaban el desánimo de casi 19 años. Un estadio entero enfurecido, incapaz de contener tanta frustración, se comenzaba a descargar contra los jugadores, contra la administración, contra Dios, ¿cómo podía estarnos pasando de nuevo? No podía ser, no podía, otra vez no. Y no fue. Algo cambió esta vez. Algo desapareció de la mente del equipo y dejó el camino libre a la insipiración, al ánimo, al deseo de lucha. Cancela corre buscando una segunda bola por la derecha. De cabeza se la pone al mambo, apenas unos metros más allá de la media. El Mambo corre. Gira la cintura, se les escapa a los defensaas por la izquierda, se acomoda, dispara, adentro. ¡GOOOOOOL! El estadio entero una vez más ruge extasiado. Heredia empata, sigue vivo, no se deja, pero está apenas salvando el honor, la dignidad. Empatar en casa en una final es imperdonable, significa ir a cerrar de visita como si nada hubiera pasado, como lo habíamos hecho varias veces en las finales pasadas, en las que el mal resultado del primer partido simplemente se ratificaba en el segundo. Heredia carburó, le puso, Odir hizo cambios que parecían extraños. ¿Yosimar por Granados? Sí señor, movimiento de media cancha hacia arriba, distribución, toque de bola. Falta por la izquierda. Tiro libre. Para Cancela, obvio, pero estaba muy largo. Un centro efectivo, van Salazar y Montero a cabecear. Había que ir por ese partido. Cancela la pega. La bola se eleva, pasa sobre la barrera, sobre la piña de heredianos que buscan tocarla. Nadie lo hace, pero el portero la ve muy tarde. Se va para adentro. Ahora sí la locura. Heredia, tras ir perdiendo en dos ocasiones, se levanta. Es un hecho inédito en ¿cuánto? ¡En 19 años! Los mismos que tenemos sin ser campeones. Heredia ganando un partido de final luego de tanta adversidad. No es para menos, hay que gritarlo. Mi tata y yo nos abrazamos. Sentimos encima los abrazos de otros aficionados. Es una fiesta, de pronto no somos tan diferentes. A nadie le importa quién es al que tiene a la par, de dónde viene, si estudió, si tiene plata o no, si es mayor o menor, todos somos hermanos y estamos felices.<br /><br />El cuarto gol fue para las lágrimas. Desde mi lejana ubicación tras el marco de Moreira pude ver cómo alguien (luego supe que Minor Díaz) recibiía una bola con estilo y la peleaba hasta después de que parecía perdida, la aseguraba, se la tocaba al Mambo... ¿cómo describir lo que se siente en ese momento? Es un grito inacabable, un orgasmo eterno que crece y crece y se sale del mundo, despega hacia el universo en una carrera indetenible. Mi tata lloraba, yo lloraba, ¿qué podía hacer uno? 4 a 2. Remontaba heroica dijeron los periódicos. No era para menos.</div>
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Sábado 19 de mayo de 2012. Ebal Rodríguez. Santos 1 - Herediano 2.</div>
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Es vara hablar de la celebración que se montó en Heredia tras el gane en la ida. Se criticó a la afición, se le tachó de triunfalista. No creo que sea justificado. Heredia tenía mucho qué celebrar. Ganaba su primer partido de final desde 1993. Si volvíamos a perder el campeonato, sería nuestra decepción. ¿Qué les importa? Era nuestro derecho y así lo vivimos. Al menos hasta que llegó el último partido. Quien diga que no estaba tenso miente con todos los dienttes. La angustia era obvia e inevitable. Yo no podía dejar de pensar en ver otro 3 - 0 en el marcador final que nos dejara otra vez vestidos y alborotados. A mitad de semana, en las semifinales del futbol mexicano el Santos había dejado fuera a Tigres. Yo ni siquiera le comenté a nadie la posible analogía para evitar la sal. El sábado fue un día lento. Las 7:00 p.m. parecían resistirse a llegar. Pero llegaron, y empezó el último partido. Lagos la tuvo clarísima. A este momento yo no sé cómo hizo Moreira para sacarle esa bola. Qué portero es ese hombre, con todo y que no es muy alto, qué reacciones de muchacho. Pero al árbitro se le ocurre un penal al 35. Oportunidad para el Santos de acercarse. Lagos tira. Moreira ¡Moreira! Sí, lo paró, pero era demasiado pedir que sacara el segundo remate. Lagos lo mandó adentro y recortó a 4-3 la diferencia general. Santos respiraba. Sin embargo, tal como en el partido anterior algo cambió en el equipo, algo cambió en mí a nivel personal. Ese gol no significó nada. Íbamos ganando, quedaba mucho partido. La derrota no me pareció clara con la primera dificultad. En ese momento entendí que era un herediano diferente. Se habló de fantasmas, de que Heredia se había sacudido los suyos en el partido anterior. Mi reacción con ese gol dejó claro que los míos propios se habían ido también. Y entonces Cancela. Maestro. Qué hombre para jugar. Sus pases son precisos, tiene gran manejo, corre, sus tiros parecen ir teledirigidos. Y esta no fue la excepción. La transmisión de canal 42 nos impidió verlo con claridad. Pero estaba adentro. Gol, GOl, GOOOOOOL. Abrazo con mi tata. Heredia seguía luchando, con vida, ahí estaba el capitán Cancela para confirmarlo. 5 a 3 en el global. Así terminó el primer tiempo.<br /><br />El segundo fue un tiempo de manejo. La espuela herediana se hizo sentir. Se tocó la bola, se jugó con el tiempo. Hubo sustos, claro. Maytland pegó una en el tubo que parecía hecha. Pero el tiempo pasó y nada cambió. A falta de cinco minutos mi amigo Paulo empezó una cuenta regresiva: "cinco minutos; cuatro minutos". Le tuve que pedir que parara. La angustia era terrible. Teníamos el título, pero ¿sería capaz Santos de hacer dos goles en unos cuantos minutos? Ya ha pasado. Ya nos ha pasado. Hasta que no sonara el pito nadie se iba a creer nada. Falta por la izquierda. El Mambo la pone y cobra rápido. Los santistas están en otras. Heredia avanza y el propio Mambo la manda al fondo de la red. Una vez más la transmisión nos jugó una mala pasada. Los propios locutores casi no notan el gol. Pero de pronto el Mambo corriendo, el abrazo con Cancela y Oscar Rojas, se suma Cubero, llega Ramírez, minuto 92. Nada qué hacer. Santos movió y a los segundos sonó el pitazo. Heredia campeón. Si antes hubo lágrimas, nunca como entonces. La afición en la cancha, en las calles, en el país, porque nadie se imaginaba que éramos tantos. Pero sí, la afición herediana es grande, pero estaba guardada. Y es que ¿cómo nos pueden culpar de fríos tras casi 19 años sin títulos? Aquí se pagó toda la deuda, aquí salimos de donde estuviéramos. Campeones de nuevo. Y cuando menos lo esperábamos.<br /><br />Problemas administrativos, atraso en salarios, renuncias a medio torneo. Heredia no sólo fue campeón. Sus jugadores le dieron una lección de vida al fútbol y a todos en general. Dejaron claro que el dinero puede quedar en segundo plano cuando se trata de ser profesional, de amar lo que se hace y darlo todo por el honor, por la felicidad de una afición que se tiene detrás. Ahora probablemente vengan problemas. Sotela sigue rehuyendo sus responsabilidades y con nada y nos quedamos sin jugadores para defender este título. Yo no los culparía. Fueron campeones y no se les quiere premiar adecuadamente. Es el colmo. Sotela dijo que los hechos hablan. Precisamente, un desastre en la planilla herediana puede cargar de verdad sus palabras. Pero lo cierto del caso es que somos campeones, que se logró el 22 que algunos tacharon de imposible. Nos levantamos cuantas veces fue necesario y Sotela no tuvo nada que ver con eso. Ni siquiera él pudo con el equipo Herediano.<br /><br /></div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-42515681703204945892012-02-24T22:22:00.000-08:002012-02-24T22:22:47.229-08:00El JuanPa a mejor película...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiffcBqWNMA8KiCJO2b0uPZhcXUVjsn3xQI_GVigOQ11qIA6qTRZq9n12Au8MhqdXy0y-4ahufzniBmwcy4V4DyVDQBxh7cTTVQVT6haMTmVXMm8OcGQH5ZF2975fOSxfCb_wyv1fBgvCg/s1600/oscar-2012-nominaciones_1_1063063.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiffcBqWNMA8KiCJO2b0uPZhcXUVjsn3xQI_GVigOQ11qIA6qTRZq9n12Au8MhqdXy0y-4ahufzniBmwcy4V4DyVDQBxh7cTTVQVT6haMTmVXMm8OcGQH5ZF2975fOSxfCb_wyv1fBgvCg/s320/oscar-2012-nominaciones_1_1063063.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;"> Bueno, afortunadamente otra vez logré ver todas las nominadas a mejor película antes de la entrega, y aquí está mi lista, en orden ascendente:<br />
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9. Extremely loud & incredibly close: una cinta interesante pero que a ratos parece enredarse en su propia trama, la cual por cierto remite a una temática que se ha ido desgastando con el tiempo, sobre todo por la diversa atención mediática que no deja de prestársele. Entretenida sólo a ratos, un poco pasada de sentimental y con pocos personajes interesantes.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">8. The artist: La producción y la ambientación son verdaderamente impecables, y resulta muy agradable ver un homenaje de este calibre a los orígenes del cine. Sin embargo, la historia no deja de ser sencilla y predecible, por lo que considero que el gran éxito de la película procede más de la curiosidad que despierta ver una película muda en estos tiempos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">7. The descendants: Una muy buena historia muy bien contada, con temática profundamente humana pero sin caer por ello en el sentimentalismo y el melodrama, con un uso magistral del humor y el dinamismo narrativo. Una película sencilla, con mucho enganche pero sin méritos exagerados. George Clooney se luce en una actuación emotiva pero sincera, llena de un realismo firme y humano.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">6. Hugo: Otro homenaje al cine, con una historia muy bella y humana que conmueve y desata la imaginación. A nivel de producción es impecable, así como en el diseño de planos y de ambientes. No obstante, el guión a ratos se pone espeso y se estanca en escenas largas y tediosas que le quitan un poco de ritmo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">5. Moneyball: Un guión intenso y que consiguió escapar a la excesiva complejidad que su historia pudo haber significado, generando una película conmovedora y emocionante a la vez. La actuación de Brad Pitt es brillante y consigue crear un personaje memorable que se sostiene de principio a fin.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">4. Midight in Paris: Una historia de amor propia de nuestra época, en la que el amor realmente sirve como telón de fondo a los diversos tipos de roces entre los personajes, que van desde la simple diferencia de gustos e intereses hasta la divergencia en la manera de ver el mundo. Excelente guión, que no se excede ni escatima en absolutamente nada, dejando puerta abierta a la imaginación y la nostalgia por los tiempos que fueron y las grandes figuras artísticas que la mítica París vio caminar por sus calles.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">3. The help: Una película de gran intensidad emotiva, que retrata la durísima discriminación racial en el sur de Estados Unidos en los años 60, y los esfuerzos de una mujer por denunciarla con la ayuda de las propias empleadas domésticas negras que la sufrían. Los diversos hilos narrativos, que combinan la historia de las víctimas con las de los victimarios y con la de quien finalmente decide que no puede dejar que las cosas sigan como están, convierten la película en un intenso drama humano en que las historias se entrelazan y muestran como determinada situación los afecta a todos, como parte que son de una sociedad cruenta y discriminatoria. Excelentes actuaciones, por demás.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">2. Warhorse: Spielberg lo logra otra vez con una película intensa, emocionante, conmovedora y épica por partes iguales. El guión resuma creatividad y dinamismo, contando no una ni dos sino muchas historias que asombran por la posibilidad narrativa que un solo elemento cambiando de contextos es capaz de generar. La producción se luce en las escenas bélicas, en la preparación de los caballos utilizados y en el manejo del color que en ciertas escenas llega a ser francamente deslumbrante. Aunque no es una historia desafiante o de ruptura, ¿quién dijo que una película sólo es buena si rompe esquemas? Lo cierto es que la elegancia y la precisión de la dirección de Spielberg se notan en cada cuadro, así como la genial estructuración de la trama. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y el JuanPa a mejor película es para...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">1. The tree of life: Francamente creo que es la película más artísticamente realizada que he visto. El diseño de planos, el uso de la luz, el manejo de la cámara, las intensas secuencias no narrativas insertas en la historia, la estructuración de la trama, la cinematografía... todo resuma excelencia en esta película, que no se preocupa por forzar la coherencia del conjunto sino que deja la posibilidad de que quien ve configure y ensamble. Experimental y arriesgada, es una legítima obra con sello de autor, que convierte la experiencia cinematográfica en mucho más que una historia, incorporando las reacciones sensoriales de modo que se vuelve al cine en estado puro, o sea, imágenes en movimiento, llevadas a un nivel de pureza artística impresionante. Y con todo, la historia no deja de ser envolvente y de enganchar a cada momento, gracias a las excelente dirección de actores y el cuidado en el diseño de las secuencias. Una obra maestra.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pues bien, esa es mi lista. Yo mismo me sorprendí al ver que The artist, que ha sido pronosticada por la mayoría como la ganadora de muchos de los premios, quedó tan atrás, pero la verdad es que esperaba mucho más de esa película, que a mi juicio no pasa de un bello y emotivo experimento. No obstante, dado el narcicismo nostálgico de la Academia, que los lleva a premiar lo que se destaca como homejane al cine y, muy especialmente, sus orígenes, mi pronóstico es también que esa película se llevará el máximo galardón de la noche. En lo personal, insisto, quisiera que se lo llevara The tree of life, pero lo veo difícil. Al menos esperaría que Malick obtuviera el reconocimiento a mejor director. De mejores actores y actrices aún no opino porque no he visto todas las películas que inlcuyen nominados y nominadas. Si lo logro, escribo otra entrada al respecto. De momento así estamos, vamos a ver qué pasa en el alfombrazo el domingo.</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-35472250704196414252011-09-16T22:12:00.000-07:002011-09-16T22:54:28.090-07:00Warren Ulloa. Bajo la lluvia Dios no existe...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXkU6MQ8fSiOygiHrbanW4j7mmXMtmie2F4dH6QGDkWOl7mF-mWic-x7nkhB28pZtFPO94KwGiWVSJvZWTPhzzubEDwAMDq-IcZMUnjFlSG-RYuEowFbiJwp9sIefYFmWklQrdT4nwJgA/s1600/bajo-la-lluvia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXkU6MQ8fSiOygiHrbanW4j7mmXMtmie2F4dH6QGDkWOl7mF-mWic-x7nkhB28pZtFPO94KwGiWVSJvZWTPhzzubEDwAMDq-IcZMUnjFlSG-RYuEowFbiJwp9sIefYFmWklQrdT4nwJgA/s1600/bajo-la-lluvia.jpg" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Como se verá en adelante, decir algo objetivo sobre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bajo la lluvia Dios no existe</i> me resulta ciertamente complicado y no tanto porque Warren sea un compa ya de años ni porque su novela sea la primera (y única) que he leído inédita, sino porque el impacto que causó en mí su lectura no fue para menos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El hecho es el siguiente: en mis años de colegial, la literatura no era precisamente una de mis aficiones. Podría decirse que los únicos libros que disfruté (creo que también los únicos que terminé) fueron <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Crónica de una muerte anunciada</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El viejo y el mar</i>. Nótese la ausencia de literatura costarricense en la dupla. ¿La razón? La literatura costarricense se me hacía terriblemente aburrida y plana, por no decir que gravemente <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ajena</i>. Lo que yo podía percibir a mi alrededor como realidad nacional no se parecía en nada a lo que los textos de Magón, Gagini, García Monge, Lyra y Calufa pintaban como tal y, aunque con los años de estudio he reconocido el valor y la trascendencia de estos autores, no se le podía pedir tanto a un adolescente que en lo último que quería invertir tiempo era en la lectura.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Cuando las cosas cambiaron y empecé a leer, mi relación con la literatura costarricense siguió siendo distante, asumo que por ese desfase cultural que había experimentado con mis lecturas de juventud. Fue cuando conocí a Yolanda Oreamuno que el horizonte se expandió y caí en la cuenta de los diversos caminos que, a partir de ella y de escritores posteriores como Alfonso Chase y Carmen Naranjo, era posible seguir en la narrativa nacional. Sin embargo, algo seguía faltando; aún no había sentido que aquel mundo narrado fuera el mío, éste desde donde leo y vivo el día a día.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bajo la lluvia Dios no existe </i>es la primera obra literaria en que la sensación de pertenencia e identificación ha sido, para mí, absoluta. Principalmente, el logro es a nivel lingüístico. El habla coloquial costarricense de las más recientes generaciones no había sido retratado con tanta fidelidad, con todos sus giros, anglicismos, obscenidades, mezclas de formas de tratamiento y hasta imperfecciones sintácticas, antes de esta novela. Es tal el desenfado del lenguaje que es imposible no soltar la risa ante expresiones como “estoy sacando clavos con el culo” o “comé mucha mierda”, utilizadas en momentos tan precisos que la gracia no proviene de la presencia misma de la frase, sino del hecho de que es justo lo que uno hubiera dicho en un contexto como el planteado. Si bien hay quien pudiera decir que un habla tan autóctona dificultaría la lectura fuera de las fronteras nacionales, hay que tomar en cuenta que son muchos los años que tenemos leyendo a españoles, gringos y argentinos que no escatiman al recurrir a sus gilipollas, fucks y ches, sin que nadie les pida cuentas ni glosarios al respecto. Evidentemente hablamos de centros culturales canonizados desde siempre, pero esa no es razón para que costarrica no busque el reconocimiento de sus variantes lingüísticas.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El logro de la novela, más que transgredir la doble moral que caracteriza a la sociedad costarricense desde siempre (el cual es, de hecho, un gran logro), es obligar a quien lee a reconocer que ese es su mundo, sin eufemismos ni disimulos. Transgredir por el sólo hecho de hacerlo es simple, en realidad, pero la novela de Ulloa saca roncha por la sinceridad con que se desarrolla, por el innegable empuje humano que se percibe detrás de cada página, lo cual nos confirma que hay mucho más en nosotros mismos que aquello que estamos dispuestos a reconocer frente a los demás y frente a nosotros mismos. La libertad con que el sexo es abordado, llamando picha a la picha, panocha a la panocha y leche a la leche, como tanto se oye y se dice a diario, es un buen ejemplo de esa transparencia que, a pesar de su honestidad, no conviene a la mayoría puesto que vivimos bajo el axioma “hay un lugar y momento para todo”, como si por cambiar de situación cada quien dejara de ser quien es y la “adecuación” de conducta no fuera simplemente otra forma de la hipocresía, tan necesaria en una sociedad confesional, mojigata e intolerante como la costarricense.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y hablando de costarrica, el retrato de la juventud de clase media-alta josefina es ciertamente fidedigno a la situación contemporánea. Tanto las costumbres (borracheras, mejengas, fiestas, masturbación, chat, drogas, sexo) que los jóvenes de hoy suelen practicar, como las subculturas (metaleros, hipsters, electrónicos, emos) con las que se identifican están presentes en el relato, con todas las particularidades que las diferencian y el hecho que las une a todas como expresión de una misma circunstancia: la búsqueda desesperada de los jóvenes por una identidad, a través de un medio que brinda muchas opciones que terminan siendo poco más que una forma de vestir y un género musical que oír.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Bernal y Mabe, dos jóvenes provenientes de familias disfuncionales que a punta de plata pretenden encausar la existencia de sus hijos, se abren paso a través de un mundo que les pone al alcance de la mano todo tipo de sedantes, desde drogas hasta ipods, pasando por la poesía y la comida chatarra, con los cuales aislarse del mundo y vivir la ilusión de la existencia hedonista y autosuficiente de la sociedad de consumo. Ellos viven el día a día, “la vida loca”, sentencia Mabe citando a Ricky Martin, como si no hubiera mañana porque, precisamente, ¿qué importa el mañana? ¿Para qué ocuparse de futuros cuando el único presente está, por un lado, solucionado con los recursos económicos inagotables que proveen mami o papi y, por otro, convulsionado por el vacío existencial generado en la misma familia? Porque los mayores no escapan a la evasión sistemática y crónica: don Lorenzo, padre de Bernal, sueña con ser parte de la Federación de Fútbol para viajar por el mundo y ojalá ocupar un puesto en la mismísima FIFA; doña Ofelia, madre de Mabe, se fue de cabeza en la religiosidad alternativa del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">new age</i>; y para terminar de hacerla, Fabiola, madre de Bernal, y Agustín, padre de Mabe, se casan en un intento por rehacer sus vidas, aunque la de Agustín está ya tan envuelta en líos legales y crímenes que es difícilmente rescatable.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En medio de este caos identitario, donde la moral se diluye en un vórtice de motivaciones y circunstancias, aún es inevitable encariñarse con los personajes, quienes recorren un “paseo hacia el abismo”, como lo cataloga el propio Bernal, del cual quisiera uno olvidarse para añorar un final feliz, un desenlace que pusiera las cosas en su sitio y castigara a los malos y premiara a los buenos. Pero es que la realidad que la novela pone en evidencia no deja claro cuál es ese sitio donde deberían estar las cosas, mucho menos quiénes son los malos a castigar y los buenos a premiar. El descarnado contrasentido de la sociedad actual se manifiesta con toda su destructividad en el final del texto, un final horrendo, indeseable, inesperado incluso, un final ante el que uno se siente impotente, privado de toda posibilidad de encontrar justicia o siquiera piedad, y, para colmo, con la clara sensación de que en realidad no había mucho más que esperar desde un principio, cuando se anunció que las cosas no iban para otro lugar que el “abismo”. El lector, no por inconformidad estética, sino ética, no querrá que sea cierto. Pero lo será, porque costarrica vive bajo la lluvia y bajo la lluvia Dios (con mayúscula) no existe.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En un aspecto formal, la novela no es perfecta, ni mucho menos. Hay ciertos errores en la trama (como aquel famoso del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Quijote</i> en que a Sancho le roban el asno y un par de capítulos después aparece bien montado en él), problemas de redacción e inconsistencias sintácticas (de las que a veces es difícil saber hasta qué punto son errores o recursos), a lo cual no contribuye una edición francamente descuidada, en la que es normal encontrar palabras que se repiten (incluso hay una línea por ahí que se repite completa) y uno que otro dedazo; este problema en la edición no es exclusivo de Uruk, sino que hasta en una editorial estatal como es la EUNED los errores están a la orden del día. Definitivamente las editoriales tienen que poner más atención a estos detalles, que deberían ser fundamentales a la hora de publicar textos escritos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Más allá de imperfecciones y posibles correcciones, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bajo la lluvia Dios no existe</i> es una novela como la literatura costarricense la estaba pidiendo a gritos y no sólo por su construcción lingüística. Es una novela sincera, directa, sin miedo pero aterradora, que hurga en lo profundo de una conciencia nacional basada en la negación y el disimulo demostrando que, como dijo Milan Kundera, es mucha la mierda que circula bajo las calles, mientras arriba todo el mundo trata de olvidarse de que existe. Es una novela que jamás se contará entre las lecturas obligatorias del M.E.P. (Mantenimiento de Estupidez Popular), pero que bien serviría para que los jóvenes de un país como este, en el que el asesinato de una directora a manos de un estudiante ya no es un hecho inédito, reconocieran ese medio hostil que los espera en la calle, si no es que lo están viviendo ya en la (in)<i style="mso-bidi-font-style: normal;">comodidad</i> de sus hogares.</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-79571891250853814812011-07-31T23:35:00.000-07:002011-07-31T23:40:30.472-07:00Balas perdidas (cuento original)<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://www.ibiblio.org/wm/paint/auth/goya/goya.shootings-3-5-1808.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="242" src="http://www.ibiblio.org/wm/paint/auth/goya/goya.shootings-3-5-1808.jpg" width="320" /></a></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Al final todo pasa tan rápido que cuesta acordarse del momento preciso, aunque ese instante en realidad nunca termina de pasar. Algunos detalles se pierden con el tiempo. Se olvidan las caras, la distribución de los impactos, las poses aberrantes del fusilado cuando cae. Pero el cimbronazo del fusil al detonar, el rojo espumoso de la sangre, la muerte que sale del gatillo para abrasar la carne del condenado… Eso se le impregna a uno en las manos, en los ojos, en los oídos. Y las cosas cimbran, y sangran. Cada portazo es un polvorazo del fusil, y cada botella es una herida abierta que llena el vaso de sangre y cada sombra es un cuerpo cayendo a tierra.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">La tradición exige un rifle con balas de salva. Traen al reo amarrado. Le vendan los ojos. Lo privan de nuestras caras para que no se distraiga de la cara de la Muerte. Lo colocan frente al paredón. Parece tranquilo, parado frente a la pared, cargado con la culpa de haber caído en manos del bando contrario en una guerra que no entiende. Su cuerpo se enfrenta a cinco balas reales y una imaginaria. Cinco que lo matarán y una que nos permitirá restarle un peso a la conciencia.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">El sargento toma posición. Levanta un brazo. Cuando lo baje con violencia, el estruendo será terrible y el hombre caerá a tierra a desangrarse. El sargento mantiene el brazo en alto en un segundo eterno durante el que me da tiempo de pensar en el juego que jugamos. Todos sentirán el cimbronazo, pero yo creeré que soy el que no disparó, el piadoso hombre cuyo mérito depende del azar; yo jugaré a ser ese hombre, como juega el niño a la guerra con una espada de madera, como juegan los actores y los cantantes en las óperas, como jugamos todos en el gran teatro del mundo a que somos uno y somos muchos, como jugamos a ser el que nos mira de vuelta en el espejo, aunque no sepamos nada de ese mundo invertido desde donde nos mira.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">El brazo del sargento resulta más bien una pluma mecida por el viento. Nosotros no disparamos. Nadie dispara. Al final todos son inocentes. Seis rifles disparan salvas, pero el reo igual cae baleado y la tierra lo recibe sedienta.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Los seis nos miramos. La tradición nos premia con la duda a través de la certeza de que sólo cinco rifles dispararon. Cualquiera puede ser el sexto, cuyo rifle no hizo más que sonar. Sin hablar (¿qué se puede decir, si cada uno se cree poseedor de una dicha negada a los demás?), abandonamos el cadáver. Más tarde alguien se lo llevará sin fijarse en los seis hoyos de bala que ninguno de nosotros vio ni provocó.</span></div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-47052457069275635392011-07-10T12:43:00.000-07:002011-07-10T12:43:30.473-07:00Lo que dije el ocho, develando la placa de Y.O.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiE2smvhbTa9eyYucrut4CRvP2MBnbic1RoVkLU_CuMh0QB4ud9TFJcUJ-uxdMNEEX-Kl2EV-tItq0p3jdYIwX_8qoHp0DDA5Mgmn-v_Ok0JDI-91DU8ObGKOjPVq-juA6A_iHKam4dv2Q/s1600/8-7-11+Cementerio+General%252C+YO+054.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiE2smvhbTa9eyYucrut4CRvP2MBnbic1RoVkLU_CuMh0QB4ud9TFJcUJ-uxdMNEEX-Kl2EV-tItq0p3jdYIwX_8qoHp0DDA5Mgmn-v_Ok0JDI-91DU8ObGKOjPVq-juA6A_iHKam4dv2Q/s320/8-7-11+Cementerio+General%252C+YO+054.JPG" width="320" /></a></div><br />
<span style="color: cyan;">Este fue el discurso que me eché en el acto de develación de la placa de Yolanda Oreamuno, el ocho de julio de 2011, a 55 de su muerte. Ahí por si alguien quiere leerlo.</span><br />
<br />
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Soy un lector de Yolanda Oreamuno. Hace cinco o seis años vi al profesor Alfonso Chase hablando en la tele sobre una escritora costarricense. En esos tiempos yo era un aprendiz de lector que creía que la literatura costarricense sólo ofrecía campesinos ingenuos y demás muestras de un folclor que, por más que me esforzara, no podía relacionar con mi entorno, con lo que mi tiempo me había dado para llamarle Costa Rica. Hoy sigo siendo un aprendiz de lector, pero uno que sabe que la literatura nacional tiene para dar muchísimo más que lo que Magón, Aquileo y otros olímpicos nos pretendieron legar.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La admiración con la que el profesor Chase hablaba de la escritora despertó mi curiosidad, por lo que en cuanto pude pregunté en una comprayventa por sus textos. Encontré los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Relatos Escogidos</i> y me aseguraron que en unos días recibirían algunos ejemplares de su novela. En ese momento no había una sola reedición reciente de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La ruta de su evasión</i>. La que conseguí era una modesta de EDUCA, verde, con el retrato de Margarita Berthau en la portada. A la semana, tras concluir la lectura, yo tenía claro que iba a ser difícil encontrar una novela costarricense que superara a aquella. Hasta la fecha, no lo he logrado.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Con los años aprendí más sobre ella, sobre su obra y su vida. Me llené la cabeza de los miles de disparates que se cuentan sobre su vida, las mentiras, las anécdotas. Leí sus ensayos, la manera en que criticaba a su sociedad, a lo que el tiempo le dio para llamarle Costa Rica, que curiosamente, no se diferenciaba tanto de lo que me había dado a mí. Por supuesto, releí varias veces su novela y la admiración no hizo más que crecer. Ese sentimiento fue el que me trajo a este cementerio hace más de año y medio, con la intención de conocer su tumba. Ese sentimiento fue el que no me permitió dejarla como la encontré, sin una marca que indicara que ahí yacía ella, la que escribió <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La ruta de su evasión</i>.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Hoy finalmente se lleva a cabo mi cometido, pero el rescate de Yolanda Oreamuno debe ir muchísimo más allá de ponerle una placa a su tumba. Lo que cuenta es que se lea su obra, que se discuta, que se analice y se critique, puesto que ese es su legado, lo que nunca morirá de ella. Sus restos yacen bajo tierra como lo harán los de cualquiera, pero lo que la diferencia es esa obra viva, hermosa, vigente y profunda que nos toca mantener con vida.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">De Yolanda se dice mucho, pero no todo es pertinente. Hay que luchar en contra de su mito, del aura de misterio y morbo con que algunos la envuelven. Si era bonita o no, si tuvo las medidas de miss universo o si la secuestraron cuando era joven… son trivialidades que deberían languidecer ante la fuerza de sus textos y el enorme provecho que aún podemos sacar de ellos como país, como sociedad y como comunidad literaria.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Atentos observadores han descubierto rasgos negativos en sus páginas, como un sonado racismo que se ha señalado en varias ocasiones. Yo mismo podría acotar que en sus cartas se nota una innegable arrogancia, pero es que ¿quién ha dicho que Yolanda era perfecta? No hay que perder de vista que tratamos con un ser humano, no con una diosa, ni siquiera con un ángel, como decía su amiga Eunice. Un ser humano extraordinario, sí, pero propenso a equivocarse como cualquiera de nosotros.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Ante esta iniciativa surgieron ciertas críticas, sobre todo dirigidas a la familia de don Sergio Barahona. Se habló de que tuvieron a Yolanda en el olvido hasta que “alguien de afuera”, como me llamaron, alzó la voz para hacer algo. Yo me pregunto si esos críticos se sentirán tan lejanos de Yolanda como para no haber hecho nada por su cuenta en todos estos años y ejercer ahora el derecho a señalar culpas. A Yolanda nos la hemos apropiado sus lectores, los que nos jactamos ahora de decir que es una escritora “costarricense” y la incluimos en cursos de literatura nacional, soslayando que ella misma renegó de su nacionalidad. La responsabilidad por su abandono recae antes en nosotros, sus lectores, que en su familia directa.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El tema de la nacionalidad me llevó a considerar muchas veces seguir con este asunto. ¿Le hubiera gustado a Yolanda un homenaje como este, en tierras costarricenses? Es probable que no, pero es seguro que en Guatemala o en México, países que ella terminó amando, su reconocimiento nunca hubiera llegado. De una forma u otra, es aquí donde yacen sus restos, es aquí donde se reeditan sus obras y es aquí donde, como lo comprueba esta concurrencia, se le quiere y se le recuerda.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los ticos, que presumimos de trabajadores, nos caracterizamos por mover un dedo únicamente cuando es estrictamente necesario, en una muestra de desapego y pereza sólo explicable remontándonos a los orígenes de la nación, cuya independencia llegó sobre una mula sin que nadie la pidiera ni mucho menos la deseara. Sin embargo, el hecho de encontrarnos hoy aquí, haciendo lo que estamos haciendo, da a entender que lo único que falta para que las cosas pasen es ponerse a hacerlas. Ni siquiera un golpe tan bajo como la negación de ayuda del Ministerio de Cultura consiguió evitar que lleváramos a buen término esta iniciativa que empecé sólo y que termino en compañía de todos ustedes. En particular, quisiera resaltar el apoyo incondicional de varias personas: Warren Ulloa, el primero que me escuchó despotricar respecto al abandono en que estaba la tumba y en ofrecerme su ayuda para difundir la idea de restaurarla; Evelyn Ugalde, quien desde que la conocí hasta el día de hoy siempre me preguntó cómo iban las cosas y se puso a mi completa disposición; Alexánder Obando, Gustavo Solórzano, Juan Murillo y Guillermo Barquero, amigos escritores a quienes contacté en primer lugar buscando apoyo, el cual me brindaron junto con ciertas observaciones y consejos; Dora Araya, Natasha Herrera e Irina Calvo, amigas que me contactaron interesadas en colaborar; Alfredo González, a quien me une la admiración desmedida por Yolanda, cuyo aporte para localizar a los dueños originales de la fosa fue determinante; Mónica List, quien me ayudó a llegar ante el ministro de cultura para exponerle la iniciativa, la cual ella abrazó como propia; Eugenio García, quien no dudó en apoyarme sinceramente; Dino Starcevic, quien impulsó la faceta final de la lucha con su arte gráfico tan oportuno y creativo; Sofi Vindas, del colectivo de historia del arte 8 y ½, que me dio espacio para narrar la aventura; Amanda Rodríguez y Kryssia Ortega, por sus oportunos espacios radiales que ayudaron a difundir la intención;<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Lorna Chacón por conseguir, mediante el Museo Nacional y el CENAC, el respaldo técnico a esta actividad; y, muy especialmente,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sergio y Ana Barahona, gracias a quienes hoy, luego de un año y medio de lucha, puedo decir que la tumba de Yolanda Oreamuno ya no se encuentra en el abandono.</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-22789574773892543942011-06-03T13:09:00.000-07:002011-06-03T13:09:27.244-07:00Cumpliendo con Yolanda<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGcWoJrVodAKnHXA-GBlKSfLouY-PO9ZmD_lgcklexfdr4XFAmg1xOjTVfin24Ws0uLLgcNNlRZubvrLkiQNRyWawVwfsugyt70-6Q0wlhyXcBLT50QYFL59KIhl1LMOOCEMWa4n4Ltn8/s1600/174893_135312223209769_2586933_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGcWoJrVodAKnHXA-GBlKSfLouY-PO9ZmD_lgcklexfdr4XFAmg1xOjTVfin24Ws0uLLgcNNlRZubvrLkiQNRyWawVwfsugyt70-6Q0wlhyXcBLT50QYFL59KIhl1LMOOCEMWa4n4Ltn8/s200/174893_135312223209769_2586933_n.jpg" width="103" /></a></div><div style="text-align: justify;">Y bueno, más de un año después de iniciado el alboroto respecto al abandono de la tumba de Yolanda Oreamuno, la cual carece de cualquier señalización que indique que ahí yace la escritora, por fin vemos venir el final del camino. Luego de muchas penurias (para leer una crónica al respecto, clic <a href="http://ottoemezzocr.wordpress.com/2011/05/30/el-minimo-reconocimiento-aunque-sea-postumo/">AQUÍ</a>), finalmente la iniciativa para señalar adecuadamente el lugar de descanso de la gran figura de las letras nacionales está por concretarse.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El próximo 8 de julio (55 aniversario del fallecimiento de Yolanda), a eso de las diez de la mañana (hora exacta por confirmar), estaremos develando la placa en el Cementerio General de San José. Esperamos tener varias actividades y contar con la presencia de ciertas personalidades literarias y culturales del país. Próximamente estaré dando más información tanto a través de este blog como del grupo de Facebook Literofilia, el cual dirige el escritor Warren Ulloa (<a href="http://www.facebook.com/home.php?sk=group_103517059723346">AQUÍ</a> para entrar al grupo). </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Muchas gracias a todos los que desde un principio se mostraron dispuestos a ayudarme, a los que dejaron un comentario en la entrada original, a los que eran desconocidos y terminaron siendo mis amigos gracias a la admiración compartida por Yolanda, en fin, a todos los que tuvieron que ver de alguna manera. Encontrémonos el 8 de julio en el cementerio con una flor blanca para llenar el lugar de flores</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-52330973098060573262011-02-17T22:59:00.000-08:002011-02-17T22:59:30.062-08:00Novela prima I: Los perros no ladraron, Carmen Naranjo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJY1G7Ob_A5cl8nzuTrEi14bHlJ0jJe5EYHR62lxw2_RkUhwyYB6pG9ISdeQ9TYbtNeo2o9gkvuifUwuMJU8CHAk53EXXz9letzo3HfuRfTMi3Zx_N4JplmDHSmR4wl5-pxohBF7ATmsY/s1600/Los+perros+no+ladraron+1era+edici%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJY1G7Ob_A5cl8nzuTrEi14bHlJ0jJe5EYHR62lxw2_RkUhwyYB6pG9ISdeQ9TYbtNeo2o9gkvuifUwuMJU8CHAk53EXXz9letzo3HfuRfTMi3Zx_N4JplmDHSmR4wl5-pxohBF7ATmsY/s320/Los+perros+no+ladraron+1era+edici%25C3%25B3n.jpg" width="210" /></a></div><div style="text-align: justify;">Hay muchas formas de abordar a un autor. En la mayoría de los casos, simplemente se lee el primer libro suyo que cae en las manos, sin mayor consideración. En lo personal, suelo tener afición a, cuando es posible, comenzar por la primera novela publicada por la persona en cuestión. Esto me ocurre principalmente cuando lo que me interesa no es leer únicamente uno o varios libros, sino la obra completa. De hecho, luego no necesariamente sigo el orden de publicación de cada texto, pero sí me gusta comenzar por el mero principio. Otra particularidad es que no lo hago con los poemarios o los cuentarios, solo con las novelas. Uno sí es raro, hay que dejarse de varas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Motivado por esta costumbre tan mía y, supongo, tan ajena también, me he propuesto escribir varias reseñas de debut novelísticos, conforme vayan cayendo en mis manos y pasando frente a mis ojos, con el título de "Novela prima". En esta ocasión, le toca el turno a una novelista nacional. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;">Naranjo, Carmen. <i style="color: red;">Los perros no ladraron</i>. San José: ECR. 1966.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-size: small;">Y no es paja. 1966, primera edición. Había comprado esta novela hacía mucho en la comprayventa El Lector, en Heredia, pero al tiempo me encontré en Expo 10 una edición con varios cientos de páginas más. Revisé y era la primera, así que ni lerdo ni perezoso la compré. La diferencia en el follaje resulta de que esta versión del 66 trae márgenes anchos y letra más grande, lo cual de hecho no sólo facilita la lectura sino que la vuelve sumamente placentera.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-size: small;">La historia es sencilla: se trata de un día en la vida de un burócrata promedio, desde que despierta en la mañana y desayuna con su familia hasta que regresa en la noche tras su jornada laboral, durante la cual se enfrentará a toda clase de personajes como su jefe y sus compañeros de trabajo, una amante, la familia de un compañero accidentado, clientes insatisfechos y, por su puesto, su esposa y su hijo. Como bien apunta Julieta Pinto en un brevísimo comentario en la solapa del volumen, el tema es "igual al del Ulises de Joyce", aunque Naranjo no se centra en el monólogo interior y la lucha personal, sino en los roces con esa masa amorfa y casi siempre hostil que resultan ser "los otros". El protagnista se enfrenta a un mundo empresarial dispuesto a ponerlo en contra de los más elementales principios de humanidad, a lo cual él trata de resistirse, sólo para fracasar una y otra vez, con lo que comprende que la única forma de sobrevivir es pasando sobre todos los demás, devorando a los que pueda en el camino.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><span style="font-size: small;">El retrato de la sociedad es cruento y muestra las facetas más repugnantes y, por tanto, mejor escondidas del mundo capitalista. La tiranía y la supresión de los débiles convierte la vida laboral en un laberinto del que la única salida es la resignación o la muerte, sin que esta última sea tomada en sentido únicamente metafórico.</span> </span></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
En el aspecto formal, hay un rasgo que salta a la vista: con solo hojear la novela se puede percibir que el texto se compone exclusivamente de diálogos. Conforme avanza la lectura se genera la sensación de estar <i style="color: yellow;">escuchando</i> una película. La ausencia de descripciones impide hacerse una idea precisa de la apariencia física tanto de los personajes como de los escenarios, con lo que se consigue crear un vacío en la mente del lector que a la vez se llena con lo que este encuentre a mano y permanece vacío, dejando siempre abierta la posibilidad del cambio. Este efecto no es gratuito, puesto que los personajes no solo están desprovistos de rostro y apariencia general definidas, sino que, salvo en muy pocos casos, carecen inclusive de nombre propio. Ambas carencias proveen al relato de una gran universalidad: lo ocurrido no le pasó a X o Y individuo, sino que puede ser la situación de cualquiera que viva en circunstancias similares.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Al finalizar la lectura es fácil olvidarse del enigmático capítulo inicial, en el que, siempre con uso exclusivo de diálogo, se presenta a dos interlocutores discutiendo. Uno no quiere acompañar al otro a una noche de póker con los amigos, pues tiene algo más importante que hacer: escribir. Para él, la realización de su novela es de vital importancia: "Estoy enfermo por dentro. Muy enfermo. Mi única curación es escribir una novela" (p. 14). Ante los señalamientos del jugador ("Para escribir una novela hay que vivir toda una vida, hay que tener una filosofía, hay que llenar muchas páginas" (p.13)), el escritor insiste en que no tiene ni siquiera idea de qué va a escribir, pero lo hará porque <i>tiene</i> que hacerlo. Al jugador no le queda más que desarle buena suerte. Este capítulo, anterior y ajeno al resto del texto, representa todo un manifiesto: no hace falta tanto haber vivido, poseer una filosofía o la seguridad de que se llenarán muchas páginas, lo único necesario es la voluntad e, incluso, la necesidad de escribir. Interesante manera de dar por iniciada la propia carrera novelística.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Historiográficamente hablando, la novela representa el ingreso definitivo de la literatura costarricense en el ámbito urbano, el cual había originado hacía casi veinte años <span style="color: cyan;">Yolanda Oreamuno</span>, con lo que su importancia está de por sí comprobada.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Cuando se habla de Carmen Naranjo se suele usar la palabra "experimentación" y esta novela es un buen ejemplo de ello. Sin duda alguna, tras su lectura crece la motivación de abordar su obra novelística completa.</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-3385337173032218942011-01-08T02:00:00.000-08:002011-08-04T15:57:55.618-07:00Mundo de Tinta, de Cornelia Funke<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwGDQL9LEVVuyqVEgQ4jnA6DhzuFw_jn5-AeGpa4Wwla86PwOyhCf4T7A72_Fg6_Nzj4xFmpauEeu1k_ydDVyHCn7KKxprYF6tNyohTJZhMeJC0yikkmMPXjaRqix34iXK92GRyQLcLOo/s1600/tinta.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="163" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwGDQL9LEVVuyqVEgQ4jnA6DhzuFw_jn5-AeGpa4Wwla86PwOyhCf4T7A72_Fg6_Nzj4xFmpauEeu1k_ydDVyHCn7KKxprYF6tNyohTJZhMeJC0yikkmMPXjaRqix34iXK92GRyQLcLOo/s320/tinta.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;"></div><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: yellow;">La advertencia de costumbre: quien tenga deseos de leer la trilogía Mundo de Tinta de Cornelia Funke (compuesta por Corazón de Tinta, Sangre de Tinta y Muerte de Tinta), y mantener los secretos de la trama intactos para el momento de la lectura, absténgase de leer esta reseña. </span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No sé por qué me ha dado por empezar todas las reseñas con una hablada de cómo encontré el libro en cuestión, pero en fin, aquí vamos; tal vez sea porque la mayoría de libros que me da por reseñar los encontré por casualidad. Como sea, allá por el 2006 me encontré en mi amodiada Librería Internacional un libro bastante interesante. Corazón de Tinta de Cornelia Funke. La contratapa, esa gran fuente de información a la vez que reveladora de secretos de la trama, me habló de una niña protagonista, bibliotecas fascinantes y, lo más importante, personajes con el don de traer a la vida a los personajes de los libros al leer en voz alta. La idea me fascinó de entrada, por lo que no dudé y lo compré. No sé si a los días o mucho después, compré la segunda parte, Sangre de Tinta, en la misma librería. Por lo que averigüé en Internet, se trataba de una trilogía aún por completar, pues la autora alemana estaba apenas preparando el tercer y último tomo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
La lectura de ambos títulos me produjo dos reacciones: fascinación por un lado, y ansias de leer la tercera parte, por el otro. Un par de años después me enteré de que la conclusión había salido al mercadoy, aunque la editorial Siruela, responsable de la versión al español de las dos primeras, la había editado a su vez, al parecer hubo un acuerdo con el Fondo de Cultura Económica para que la edición latinoamericana saliera en una especie de convenio entre ambas editoriales. El caso es que al ver que el libro no llegaba a las librerías nacionales, lo mandé a traer de México. Cuando por fin lo tuve en las manos, me percaté de que la historia permanecía muy poco en mi memoria, por lo que emprendí, el pasado diciembre, la relectura de los dos primeros tomos para rematar por fin la trilogía.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Ahora, tras la lectura completa y con un bachillerato en literatura a cuestas, la fascinación se ha multiplicado notablemente. La trilogía de Funke no es solo una excelente novela de aventuras, con una impresionante imaginativa y una trama emocionante y perfecta, sino una gran reflexión sobre el papel de la ficción en la existencia humana y, tal vez sin quererlo, un compendio de explicaciones sobre teoría literaria.</div><div style="text-align: justify;"><br />
En la primera parte, Corazón de Tinta , asistimos a la presentación de los hechos: Meggie, personaje principal (al menos en esta primera novela, porque luego la cosa se complica al tratar de señalar un protagonista), es hija de un encuadernador (Mo) quien le ha transmitido su amor desbordado por la literatura. Viven en una granja apartada atestada de libros, entre los que ella ha vivido durante sus trece años de existencia. No obstante, su lugar de residencia ha cambiado en numerosas ocasiones y el paradero de su madre, según Mo, es desconocido. Una noche, un tipo aparece en medio de la lluvia. Su papá lo hace pasar y se encierra a hablar con él en su taller. Meggie los espía y, entre otras cosas desconcertantes, nota la extraña forma en que se llaman entre ellos: Mo llama al extraño Dedo Polvoriento, mientras este llama a Mo Lengua de Brujo. Conversan sobre un tal Capricornio, quien al parecer busca a Mo para pedirle algo. Dedo Polvoriento le pide que lo acompañen, pues él los puede llevar con Capricornio antes de que sus hombres los encuentren y los hagan ir por las malas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
La historia avanza y se crean nuevas interrogantes, como el paradero de la mamá de Meggie, de quien Mo solo dice que “se encuentra de viaje”. Además, Dedo Polvoriento siembra en Meggie una inquietud: ¿por qué su padre nunca le ha leído nada en voz alta? Cerca de la mitad del libro, asistimos a la explicación de los enigmas: diez años atrás, Mo regresó a casa con una caja de libros usados recién comprados. Entre ellos se encontraba una novela titulada Corazón de Tinta (el libro dentro del libro… más o menos) la cual, Mo y su esposa (Resa) decidieron leer juntos al calor del fuego. Meggie, de escasos tres años, jugaba con sus libros ilustrados. Durante la lectura, de pronto Mo vio, parados frente a él, a los tres personajes sobre los que acababa de leer en el libro: Basta, Dedo Polvoriento y Capricornio. En palabras del propio Mo “Mi voz los había arrancado del relato como si fueran marcapáginas que alguien ha olvidado entre las hojas”. Basta y Capricornio son los villanos del relato y salieron con todo y su hostilidad. Mo, a como puede, trata de explicarle a los tres lo que cree que acaba de pasar, pero se ve en problemas para sacarlos de su casa sin que lo lastimen o lastimen a Meggie y ¿Resa? No, Resa no está por ninguna parte. Tras recuperar la calma, Mo lo comprende: su voz sacó a los tres personajes y a cambio entraron al libro Resa y sus dos gatos, quienes estaban en su regazo mientras Mo leía. Dedo Polvoriento no está del lado de los demás, por lo que muestra sus respetos a Mo, pero acaba huyendo también en la noche. “Ha sucedido.- Se dice Mo.- ahora estás metido en medio de un relato, como siempre has deseado, y es espantoso”.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Con el tiempo, Capricornio se instaló en un pueblo y comenzó a reunir jóvenes callejeros para convertirlos en sus sirvientes. Así mismo, consigue un nuevo lector (por lector entiéndase alguien con las habilidades de Mo) para que traiga a “este” mundo a sus secuaces favoritos. Dado que el lector, Darius, es obligado siempre de forma cruel a leer, no puede evitar tartamudear, y los personajes que logra extraer traen alguna deformación, como la cara aplastada o una pierna coja. Inclusive, por accidente, sacó a Resa, en perfecto estado excepto por el hecho de que no puede hablar. Dada la situación, Capricornio desea encontrar a Mo para obligarlo a leerle pasajes en los que se mencionen grandes tesoros, para que estos vengan al mundo y le pertenezcan. A la vez, quiere recuperar el ejemplar de Corazón de Tinta que Mo conserva, pues quiere deshacerse de todos para que ya no haya manera de que nadie lo devuelva al mundo de que procede. Dedo Polvoriento, por el contrario, extraña su antigua vida y desea volver, por lo que tratará de evitar la destrucción de todos los ejemplares, mientras Mo lo hará pues cree que poseer uno es la única vía por la cual recuperar a Resa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Capricornio los apresa, pues quiere a su servicio el don de Mo. Cuando logran escapar, buscan al autor de Corazón de Tinta, un viejo llamado Fenoglio, para ver si conserva algún ejemplar de su obra. Al encontrarlo, este les dice que tenía varios, pero le fueron sustraídos. Obra de Capricornio, por supuesto.</div><div style="text-align: justify;"><br />
El enfrentamiento continúa y Meggie, quien es capaz de dar vida a las letras con su voz, tal como su padre, une fuerzas con Fenoglio para acabar con Capricornio. Dado que el anciano es el autor, puede producir nuevos textos sobre sus personajes y, con la voz de Meggie, encaminar sus destinos de la forma que le plazca. Él escribe y ella lee. En el enfrentamiento final, además de la derrota de los malos, ocurre algo inesperado: Fenoglio, tras la lectura de Meggie, desaparece sin dejar rastro. Ha terminado en el Mundo de Tinta (interior del libro), de donde ya no se sabe si podrá regresar.</div><div style="text-align: justify;"><br />
La transición entre una novela y otra no resulta para nada forzado, por lo que se puede intuir que sí se pensó desde un inicio como una trilogía. Quedan muchos cabos abiertos: Dedo Polvoriento no consigue regresar, pero al final roba a Mo el único ejemplar que queda del libro que contiene su mundo. Así mismo, dos de los secuaces de Capricornio quedan con vida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
El segundo libro inicia con el hallazgo de Dedo Polvoriento de otro lector, llamado Orfeo, quien consigue introducirlo por fin de vuelta en su mundo. Sin embargo, Meggie no se queda con las ganas de conocer el Mundo de Tinta del que su madre le ha hablado tanto y lee para introducirse a sí misma en él. Ya dentro encuentra a Fenoglio, quien está cada vez más desconcertado: su mundo, el que él creó al escribir el libro, no sigue lo que él escribió sino que actúa por su propia cuenta. Personajes destinados a sobrevivir hasta el final de la historia fallecen, un déspota monarca se hace cada día con más poder y las cosas siempre terminan mal, a pesar de los intentos de Fenoglio y Meggie por enderezarlo todo a punta de letras y lectura. “A lo mejor la historia ha cambiado” afirma ella, “y ésta es una nueva y todo lo que dice el libro se ha convertido en una montaña de letras muertas”. Se pregunta el narrador, más adelante “¿Podía vivir ese mundo si su creador estaba muerto? ¿Por qué no? ¿Deja de existir un libro sólo porque haya muerto su autor?”. Estas cortas frases resultan una manera rápida y económica de explicar la noción de “la muerte del autor”, expuesta por Ronald Barthes en 1968. Lo curioso es que la separación no es únicamente entre el texto y su autor, sino también entre aquel y el libro que lo contiene, o sea, los signos físicos que lo forman.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Por si no quedó claro, cerca de la mitad del libro, al seguir saliéndosele todo de control a Fenoglio, el narrador ahonda en sus pensamientos: “A los mejor existía de verdad en alguna parte el diabólico narrador que seguía urdiendo su historia, imprimiéndole giros siempre nuevos, alevosos e imprevisibles”. Autor y texto, autor y narrador, se separan cada vez más, hasta que resulta casi imposible que el autor retome el control de sus propias palabras.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Por muchas circunstancias, Mo y Resa terminan también dentro del libro y con el primero ocurre algo interesante. Fenoglio, en parte para divertirse y en parte para darle a la gente de su mundo una salida de la opresión, escribe canciones para los juglares sobre un tal Arrendajo quien, al estilo de Robin Hood, roba a los ricos para darle a los pobres. Lo curioso es que como modelo para su personaje toma a Mo, y este, conforme pasa tiempo en el Mundo de Tinta, se va convirtiendo poco a poco en Arrendajo. Él nunca había blandido una espada, excepto para echar a Basta y a Capricornio de su casa y sin embargo ahora consigue hacerlo con relativa facilidad. De hecho llega a matar para defenderse, cosa de la que no se creía capaz. El tercer y último libro desarrolla esta oscilación del personaje entre Mo y Arrendajo, al punto de que en un momento empieza a dudar si realmente quiere regresar a su mundo, pues lo que lo ha rodeado durante meses se le hace tan real que ya no puede creer que se trate del contenido de un libro: “…y al ver cada rostro se preguntaba si realmente las líneas habían sido trazadas tan sólo por las palabra de Fenoglio o si en este mundo no había, pese a todo, un destino independiente del anciano”. </div><div style="text-align: justify;"><br />
Este proceso sufrido por Mo es un claro caso de quijotización en primer grado. Fenoglio escribió canciones sobre él y poco a poco se va convirtiendo en el personaje que los demás lo llevaron a interpretar. No obstante el proceso se da de forma inversa: Alonso Quijano leyó mucho y decidió interpretar en su vida un papel libresco, a despecho de lo que dijeran o pensaran los demás, quienes de hecho insisten en recordarle su condición de simple hidalgo manchego. Mortimer Folchart (nombre completo de Mo), entra a un mundo libresco donde le está esperando un papel a interpretar, una vida donde los demás le exigirán que sus actos sean los de Arrendajo, a despecho de lo que él o sus seres queridos piensen. En las canciones de Arrendajo se habla de su inmortalidad; el Príncipe Negro le recuerda “Esto es la vida real, no las canciones”. Mortimer se pregunta, “La vida real, ¿qué es eso?”. Mo está hundido dos niveles por debajo de la realidad. Ya no es la misma persona. Su confusión recuerda al exánime “Yo ya no sé quién soy” de la segunda parte del Quijote.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Como se puede notar en estas líneas que apenas bosquejan una pequeña parte de la historia, el fuerte de la saga está en el desarrollo de sus personajes. Aunque, como es de esperarse en una novela de fantasía destinada a un público infantil (los tomos de Siruela señalan “12 años en adelante”), se da una clara división entre buenos y malos, los personajes no dejan de tener facetas que provocan cuestionamientos respecto a sus motivaciones, pertenezcan al bando que pertenezcan. Dedo Polvoriento es el mejor ejemplo de esta ambigüedad, al menos en los dos primeros libros. Él tiene un objetivo: regresar al Mundo de Tinta, por el cual llega incluso a cometer traición al entregar a Mortimer a Capricornio. Su motivación es perfectamente comprensible, hasta que nos enteramos de que Dedo Polvoriento sabe que Resa ha sido recuperada del libro y es cautiva en el castillo de Capricornio. A la vez, él no informa a Resa de que su familia está cerca, ¿es que acaso siente algo por ella? ¿Quiere mantenerla lejos de ellos y dejársela para sí? Es difícil asegurarlo, pero aún así no cuesta nada sentir rabia contra él en ciertas secciones del relato. Así mismo, la familia de Meggie no llega a estabilizarse por completo, pues ella no puede evitar sentirse celosa por esa extraña que de pronto llegó a ser, a demás de su madre, la esposa de su padre, a quien ella había tenido para sí durante toda su vida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Al final de la historia, Meggie y su familia permanecen en el Mundo de Tinta. Resa da a luz a un hijo, quien crece arraigado a esa realidad. Sin embargo, tanto Meggie como la tía Elinor le contarán de ese <i>otro</i> mundo de máquinas voladoras, música enlatada y carruajes sin caballos, un mundo que considerará “emocionante, mucho más emocionante que el suyo”. Esta frase cierra la trilogía y uno no puede dejar de sentirse vacilado. No porque el final sea malo, sino porque venimos leyendo más de 1900 páginas sobre personas que, como nosotros lo hemos hecho incontables veces, han soñado con introducirse en el mundo de los libros para vivir las aventuras que han estado reservadas desde siempre a los héroes y heroínas de tinta y papel, y todo termina con alguien que, habiendo nacido en ese mundo, añora el nuestro. Esa es la última reflexión de Mundo de Tinta: la ficción siempre estará ahí, tentándonos con sus bellezas, sus horrores, sus aventuras y desventuras, porque nunca estaremos satisfechos con lo que tenemos. La labor de la ficción es llenar ese vacío, aunque sea parcialmente; si lo llenara del todo y pasara a ocupar el lugar de nuestra realidad, tal vez todo sería “espantoso”, como lo percibió Mo al tener delante a Basta y a Capricornio. Casi dos mil páginas de excelente literatura. No hay que perderle la pista a Funke, quizá, la mejor autora de fantasía contemporánea.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;">Nota adicional: hace un par de años se hizo una adaptación al cine de Corazón de Tinta, Inkheart en inglés. Recomiendo fuertemente NO ver la película, al menos sin leer el libro antes. Es una pesima adaptación y una pésima película.</span></div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-49090852111922773342010-12-16T20:10:00.000-08:002010-12-16T23:53:26.624-08:00Reflexiones posmodernas de un posmoderno asustado de serlo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU9SsyADcbe4Ek65zLc08-3rmGQg-L8iUpmt0CKkoNZgYcQEWdvH5X9H-HTLGqMM9NKIpWgYFSF_6i1AXyZYMwpl9CmDQt1GJ3IsAc4tdI0g0_BZILWYinTOCK4NLpuom7dqgIZ78VY5E/s1600/posmodernidad.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU9SsyADcbe4Ek65zLc08-3rmGQg-L8iUpmt0CKkoNZgYcQEWdvH5X9H-HTLGqMM9NKIpWgYFSF_6i1AXyZYMwpl9CmDQt1GJ3IsAc4tdI0g0_BZILWYinTOCK4NLpuom7dqgIZ78VY5E/s320/posmodernidad.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: right;"></div><div style="color: yellow; text-align: right;"><span style="font-size: small;">Uno sabe que el mundo se ha vuelto loco cuando el mejor rapero es blanco, el mejor golfista es negro, los suizos ganan la Copa América de vela, Francia acusa a EEUU de arrogancia, los alemanes no quieren ir a la guerra y los pacifistas se manifiestan con violencia.</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: small;"></span></div><div style="text-align: right;"></div><m:smallfrac m:val="off"> <m:dispdef> <m:lmargin m:val="0"> <m:rmargin m:val="0"> <m:defjc m:val="centerGroup"> <m:wrapindent m:val="1440"> <m:intlim m:val="subSup"> <m:narylim m:val="undOvr"> </m:narylim></m:intlim> </m:wrapindent></m:defjc></m:rmargin></m:lmargin></m:dispdef></m:smallfrac><br />
<div style="color: cyan; text-align: right;"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; line-height: 115%;">¿Internet? ¿Sabiduría popular? ¿Alguien?</span></span></div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">2010 y el rancho ardiendo. Hace más de dos milenios Cristo nació, vivió, murió y resucitó, pero algo lo espantó de vuelta al cielo. ¿Una visión de lo que le esperaba a esa humanidad de la que se había decidido a formar parte? Tal vez. La cosa es que se fue y aquí seguimos los demás, disque construyendo algo nuevo con los restos de lo que fuimos y quisimos dejar de ser, para ser algo más; cuando menos, algo distinto.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Terrícola. Americano. Latinoamericano. Centroamericano. Costarricense. Josefino. Paveño. La geografía pone más epítetos delante de uno que la universidad. Católico. Agnóstico. Demócrata. Capitalista. Esas me las pusieron mis papás y la sociedad. Las tachaduras son mías (así como las correcciones) y hubiera querido varias más pero uno sigue votando para evitar el mal de conciencia y consumiendo para no perder la costumbre y ya ni modo. Estudiante. ¿Filólogo? ¿Literato? ¿Lingüista? Mi título y mi actividad académica siguen sin ponerse de acuerdo. Por mí, escritor y bajista estaría bien. ¿Bajista? Sí. Devoto metalero. Faltaba esa: Metalero. Si consideramos las múltiples opciones con las que se podría cambiar cada una de esas designaciones, y las combinaciones de las mismas, nos enteramos de la enorme, ciclópea (aunque tenga muchos ojos) cantidad de posibilidades disponibles para ser un individuo de la sociedad global contemporánea. ¿Contemporánea? Una consulta al adorado tormento y 1. adj. Existente en el mismo tiempo que una persona o cosa. 2. adj. Perteneciente o relativo al tiempo o época en que se vive. 3. adj. Perteneciente o relativo a la Edad Contemporánea. Pues sí, con mayúsculas y todo. En la escuela me grabaron a cincel las diferentes edades de la historia: Antigua, Media, Moderna y Contemporánea. No podía ser diferente. Pero a pesar de todo, un término sigue flotando en el ambiente con intenciones de meterse en el lugar de “contemporánea”, para impregnarlo todo con sus aires posmodernos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Posmodernidad. ¿Edad Posmoderna? Algo así. Mucho gusto. ¿Me podría decir exactamente qué es usted? Me lo imaginaba, yo tampoco. En primer lugar, ¿Por qué posmodernidad, si teníamos ya el simple y bonito nombre de Edad Contemporánea? Ya Alejandro Sastre observó el inconveniente, como lo reseña José María Laso Prieto: “[Sastre] discute incluso la propia pertinencia del término posmodernidad, ya que –después de una perspectiva histórica– a la Edad Moderna sucede la Edad Contemporánea. Sería por ello mejor hablar de contemporaneidad que de posmodernidad” (2008). No obstante, es un hecho que resulta un tanto inocente a nivel histórico pretender que de ahora en adelante viviremos en la Edad Contemporánea, como si no existiera la posibilidad de que la historia siguiera su curso y algún hecho futuro, si no es que ya pasado, le sirviera a los futurísimos historiadores para marcar un fin de esta edad y el principio de otra. Además, si hemos dado en llamar a nuestro tiempo Edad Contemporánea, ¿cómo llamaríamos una edad posterior? ¿Edad más Contemporánea? ¿Edad poscontemporánea? ¿Contemporánea 2.0? No sé a quién se le habrá ocurrido que su tiempo debía llamarse Contemporáneo, nombre propio, como si el tiempo que restara fuera por siempre a ser igual a su tiempo. En fin, si Fukuyama se atrevió, tras la caída de los regímenes del este de Europa y de la perestroika de Gorbachov, a proclamar el fin de la historia, con el triunfo incuestionable de la democracia y el capitalismo, la verdad es que se puede uno creer cualquier cosa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Tal vez sea un mero síntoma de estar vivos y no tener más para juzgar el mundo que el presente en que vivimos, pero realmente es difícil imaginarse el mundo dentro de cien años, cuando otros nos conviertan en sus objetos de estudio, como representantes de un tiempo y una sociedad ya pasados y, acaso, superados. Los renacentistas se imaginaron al principio de una era de progreso indetenible, el renacer, la recuperación del centro del universo y del pensamiento. No se podían imaginar que sus inmediatos sucesores echarían de menos al Abba Pater y serían víctimas de un miedo al vacío que los llevaría a saturar sus altares y enrevesar sus poemas, ni que dos siglos después se declararía, ahora sí, la razón como ama y señora del universo, de cuya mano la humanidad llegaría al estado supremo de iluminación y conocimiento; máxime si de la otra mano la llevaba la industrialización decimonónica. Lo que nadie podía esperarse, ni renacentistas, barrocos, ilustrados ni industrializados, era que a los catorce años del siglo XX lo que exhibiría el ser humano con toda su maquinaria sería su incontenible capacidad de destrucción. La Gran Guerra, llamada así porque no podía saberse que aquello tendría segunda parte, aún más devastadora. Con esos antecedentes, es duro, y aterrador, imaginar qué podrá esperarse de aquí a algunas décadas. Como explica Laso Prieto, según los teóricos de la posmodernidad, “esta sociedad liberará al hombre de sus limitaciones físicas y económicas, pues el trabajo automatizado de las máquinas, los ordenadores, etc., suprimirá, casi por completo, el trabajo muscular y proporcionará al hombre más tiempo libre” (2008). Algo así dijimos de la Revolución Industrial. Si a tales esperanzas siguió el desencanto brutal de las Guerras Mundiales, no quiero suponer lo que nos espera ahora.</div><div style="text-align: justify;"><br />
“Estoy convencido (…) de que nos esperan tiempos difíciles y oscuros” afirma el profesor Dumbledore en las últimas páginas de Harry Potter y el cáliz de fuego. En realidad la oscuridad medieval, tan supuestamente desterrada por el Siglo de las Luces, parece no haberse ido o retornar ahora renovada. Pero no se trata tanto de drama pesimista, que bien podría hacerse dadas las expectativas de futuro ya apuntadas, sino de una consideración de lo que nos ofrece la cultura a nuestro alrededor, hoy día. “Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría asomarse a la ventana” (2003: 2) afirma Galeano en un brevísimo prólogo, quizá un epígrafe, de su Patas Arriba. La escuela del mundo al revés. En la última página del texto, se lee otro pequeño párrafo (deberíamos buscarle un nombre a un epígrafe final): “El autor terminó de escribir este libro en agosto de 1998. Si quiere usted saber cómo continúa, lea, escuche o mire las noticias de cada día” (346). La historia no se escribe solo en libros. Está ahí, viva en el mundo, o más precisamente, en los medios. Si bien Galeano hace de algún modo drama pesimista, con justa razón, su visión me sirve para apuntar a otra oscuridad. Culturalmente estamos sumidos en unas tinieblas curiosas. Un video de El Burro de Licha, subido recientemente a youtube , parodia el programa Gladiadores Americanos. La burla consiste en que, sobre el video en que cada uno de los gladiadores se presenta, un ingenioso observador grabó voces con parlamentos alterados para los personajes, de modo que se caracteriza a cada uno como representante de un estrato sociocultural costarricense. Aparecen el típico pachuco ligador, el polo “de allá p’entro” y el negro limonense. Sin embargo, llamó mi atención ver que además incluyeron al bailarín brasileño que conformó un grupo de baile en el país. Culturalmente, ya este individuo con acento portugués, cuerpo escultural y gran (o no tanto) habilidad para mover las caderas forma parte de los costarricenses. Así mismo el colombiano, el nica y hasta el gringo que se viene a vivir a una costa nacional. Nuestra cultura no es un caldo homogéneo, muchísimo menos blanco, como se pretendió (y aún se pretende) creer. ¿Qué es ser costarricense en la actualidad?</div><div style="text-align: justify;"><br />
Esa pregunta puede hacer eco de muchas maneras. ¿Qué es ser un joven costarricense en la actualidad? En primer lugar, estar expuesto a una avalancha de subculturas, entendiendo por estas lo que define Bernal Herrera como las formas culturales “conscientemente adoptadas por grupos minoritarios que se identifican de manera explícita con un conjunto de prácticas que, sin ser las dominantes, no cuestionan los valores centrales de la cultura dominante en la cual se insertan” (2006). Apunto a los otaku, los emo, los metaleros, los punk y demás subculturas con las cuales la juventud (sí, sí, yo también) se identifica cada día más. Estas manifestaciones cobran cada vez más fuerza, al punto de que se realizan festivales dedicados al manga y el anime, así como a las historietas de producción occidental, con organizaciones y producciones cada vez más refinadas, y con una concurrencia de miles de personas. Así mismo, recientemente el Ministerio de Cultura y Juventud realizo el Primer Encuentro de la Cultura Metal, acogiendo en la oficialidad a una manifestación cultural que años atrás sufrió persecución policial y mediática.</div><div style="text-align: justify;"><br />
En la literatura se notan movimientos similares, como es el caso del actual surgimiento de la ciencia ficción nacional, que no solo se manifiesta cada vez más en libros de publicación independiente, sino que ya ha calado hasta las editoriales estatales, como es el caso del libro Deus ex machina, de Daniel Garro, y la antología Posibles futuros, de varios autores, ambos publicados por la EUNED. La fantasía y el terror también son géneros que cada vez están adquiriendo más presencia no solo en editoriales y publicaciones, sino en las mismas universidades, donde se las toma en cuenta en cursos y trabajos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Es evidente que tanto en música, cine, literatura y cultura en general, hoy en día la diversidad es enorme y la tendencia apunta cada vez más a la defensa de lo que la oficialidad, la academia, la crítica, han relegado a los márgenes. La posmodernidad, afirma Laso Prieto, muestra “incredulidad respecto a los grandes relatos; entendiendo por tales la dialéctica hegeliana de la historia, la teoría de la lucha de clases, etc.; por el contrario, total asunción de los pequeños relatos que constituyen la forma que adopta la invención imaginativa” (2008). Podríamos cambiar los términos “grandes relatos” por “géneros consagrados” y “pequeños relatos” por “géneros marginados” y tendríamos el panorama literario contemporáneo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Eduardo Galeano, dando voz a estos “pequeños relatos”, enuncia grafitis que lee en las ciudades latinoamericanas: “Cuando teníamos todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas”, escribe alguna mano anónima en un muro de la ciudad de Quito” (2003: 320), cita, en una frase que pareciera encerrar el significado de toda una era, la era del pos-: posestructuralismo, el poscolonialismo, la posmodernidad, en fin, el momento en que la humanidad se quedó sin alternativas, en que no encontró otra posible solución y no encontró más que mirar atrás y arremeter contra las promesas que nunca se cumplieron. Si hubo o hay salidas, ya Galeano no las enuncia. Palabras de Alain Turain, teórico de la posmodernidad citadas por Carlos Fuentes, no lo pueden decir mejor: “"Pertenezco a la eterna izquierda, la que nunca ejerce el poder, que por esencia se inclina al abuso" (Fuentes, 2002). Ante la imposibilidad de detener la injustica, al quedar el capitalismo “súbitamente huérfano de enemigo” (2003: 317), como dice Galeano, no queda más que hacerle la vida lo más difícil posible, con ironía y crítica, así como una juventud se la hace a una tradición literaria y cultural que ya no los representa, que ha dejado de serles propia y necesita ser sustituida por algo, por lo que sea.</div><br />
<div style="text-align: justify;">No obstante ese camino no está libre de inconvenientes. En la introducción de Apocalípticos e integrados ante la cultura de masas, Umberto Eco señala que “si la cultura es un hecho aristocrático, cultivo celoso, asiduo y solitario de una interioridad refinada que se opone a la vulgaridad de la muchedumbre (…), la mera idea de una cultura compartida por todos, producida de modo que se adapte a todos, y elaborada a la medida de todos, es un contrasentido monstruoso. La cultura de masas es la anticultura. Y puesto que ésta nace en el momento en que la presencia de las masas en la vida social se convierte en el fenómeno más evidente de un contexto histórico, la ‘cultura de masas’ no es signo de una aberración, sino que llega a constituir el signo de una caída irrecuperable, ante la cual el hombre de cultura (último sobreviviente de la prehistoria, destinado a la extinción) no puede más que expresarse en términos de Apocalipsis” (1973: 12). Sin embargo, “en contraste tenemos la reacción optimista del integrado. Dado que la televisión, los periódicos, la radio, el cine, las historietas, la novela popular y el Reader’s Digest ponen hoy en día los bienes culturales a disposición de todos, haciendo amable y liviana la absorción de nociones y la recepción de información, estamos viviendo una época de ampliación del campo cultural en que se realiza finalmente a un nivel extenso, con el concurso de los mejores, la circulación de un arte y una cultura ‘popular’. Que esta cultura surja de lo bajo o sea confeccionada desde arriba para consumidores indefensos, es un problema que el integrado no se plantea” (ídem). Como concluye Eco, apocalipsis e integración cultural son, en última instancia las dos caras de un mismo problema puesto que, si bien es cierto la cultura es hoy por hoy mucho más que lo política o académicamente correcto, las bellas artes y las costumbres tradicionales, la alternativa a todo esto no puede ser ese “lo que sea” tan arbitrario que enuncié arriba, que ha de dar a los jóvenes una nueva cultura de donde apoyarse. Y a pesar de que Eco escribió esto hace casi cuarenta años, seguimos en una sociedad donde conviven directores de secciones culturales de periódicos que exigen métrica y rima para publicar poemas, con profesores universitarios que afirman que la literatura ha perdido su responsabilidad de ser profunda en pro de ser entretenida, lo cual conviene más ahora que no se lee.</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">Quién sabe, tal vez el mismo hipotético lector de estas páginas no me reproche dejar a Harry Potter sin referencia bibliográfica. Al fin y al cabo es Harry Potter. ¿O no? ¿Apocalíptico? ¿Integrado? ¿Habrá que añadir otra a las etiquetas con que empezamos? No sé, dígame usted.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="color: cyan;">Bibliografía</div><br />
Eco, Umberto. Apocalípticos e integrados ante la cultura de masas. Barcelona: Lumen. 1973.<br />
Fuentes, Carlos. En esto creo. México: Seix Barral. 2002<br />
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Galeano, Eduardo. Patas Arriba. La escuela del mundo al revés. México: Siglo XXI editores. 2003.<br />
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Herrera, Bernal. Cultura y contracultura: observaciones periféricas. (Documento en línea). Realidad, 108. 2006. http://www.uca.edu.sv/revistarealidad/archivo/4ca36cc5b50cbculturaycontracultura.pdf. Consultado el 2 de diciembre de 2010.<br />
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Laso Prieto, José María. Ideología de la posmodernidad. (Documento en línea). El Catoblepas. n.78. 2008. http://www.nodulo.org/ec/2008/n078p06.htm. Consultado el 2 de diciembre de 2010.J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-10121984424011646632010-10-14T02:55:00.000-07:002010-10-14T02:55:26.499-07:00Y me hice lector...<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://www.migueljara.com/wp-content/uploads/2010/04/el-poder-de-los-libros.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://www.migueljara.com/wp-content/uploads/2010/04/el-poder-de-los-libros.jpg" width="240" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Nada especial, solo un recuento de mis primeras experiencias como lector, que escribí un día de estos por puras varas. Lo pongo más por activar el blog que por otra cosa. Estoy conciente de lo poco interesante que estas líneas pueden resultar para quien... no sea yo. En fin, quien sienta curiosidad por saber cómo un mae común y corriente (más común que corriente... y viceversa) se acercó a los libros, puede seguir. A quien no le interese, pues, ya le advertí.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;">*** </div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Crónica de una muerte anunciada fue el primer libro que me sorprendió. Lo leí con unos quince años a cuestas. Había leído muy poco antes. En la escuela me tragué muchos libros, pero fue siempre una lectura desinteresada, de trámite, exactamente como tomarse una pastilla. Recuerdo haber disfrutado de Algunos niños, tres perros y más cosas y Un tiesto lleno de lápices, de Juan Farias, de los cuales no recuerdo nada, excepto que el segundo lo protagonizaba una familia cuyo hijo curioso había descompuesto el reloj de la sala, por lo que se habían acostumbrado a leerlo al revés. También leí La Tierra del Sol y la Luna y El Fuego de los pastores, de Concha López de Narvaez. La primera era una novela histórica sobre la lucha entre cristianos y musulmanes. En algún momento los moros quemaban una iglesia católica y un personaje, un moro, afirmaba desolado “No era de este modo, por Dios que no era de este modo”. Recuerdo una historia de amor entre una cristiana y un moro. O al revés, no sé. El fuego de los pastores era una historia con historias enmarcadas, como Las mil y una noches. Los pastores se reunían todos los días alrededor del fuego y contaban los cuentos que uno iba leyendo. Recuerdo uno, La noche de las ánimas, sobre un pastorcillo que no temía a los lobos pero sí a los fantasmas. Leí también El globo azul, sobre un chiquito vestido de azul que se inflaba y volaba por los aires, o algo parecido. Hubo otros muchos libros, pero de ninguno guardo datos precisos. En quinto grado leí Verano de colores y Pantalones largos, de Lara Ríos. Fueron libros que me acompañaron durante toda la adolescencia. Se trataba de los diarios ficticios de Arturo Pol, un adolescente común y corriente (y ficticio) que contaba sus experiencias como colegial. Por alguna razón me encantaban esos libros. Los leí en cada período de vacaciones durante unos seis años. Luego añadí Pantalones cortos, el que en realidad era el primero de la saga.</div><div style="text-align: justify;"><br />
En el colegio no leí casi nada. Leer era en realidad un castigo para mí en ese entonces. Lo interesante es que en la escuela no me era tan difícil aplicarme con la lectura, pero aún así no me gustaba mucho, sino como una asignación apenas un poco menos desagradable que las demás. Muchos años después, pero no frente al pelotón de fusilamiento, el profesor Alfonso Chase, en un curso de generales, preguntó en un cuestionario si la lectura nos gustaba o nos resultaba solo una imposición académica. Recuerdo que contesté que no era de mis pasatiempos, pero que me había gustado en la mayoría de ocasiones en que me la habían impuesto. Era cierto. En el colegio, como decía, leí sin pena El viejo y el mar, Una burbuja en el limbo, En una silla de ruedas y la ya mencionada Crónica de una muerte anunciada. La Odisea y El Quijote, se me hacían hazañas imposibles. Ni siquiera me preocupé mucho por consumirlas y me atuve a los resúmenes mediocres que nos suministró la profesora, los cuales bastaron para resolver los exámenes mediocres que nos aplicó el Ministerio de educación.</div><div style="text-align: justify;"><br />
En clase de psicología nos mandaron a leer El alquimista, de Coelho. Me gustó mucho. Ahora, cuando he sido bombardeado por la negativa académica contra ese autor, no puedo evitar arrugar la cara ante su mención. Sin embargo, recuerdo que me gustó. Pasó lo mismo con El demonio y la señorita Prim, que leí por mi cuenta. Tendré que leerlos de nuevo para saber de qué lado estoy.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Impulsado por mi novia de entonces leí Un grito desesperado, de Carlos Cuahutémoc Sánchez. En aquel momento me pareció revelador, puesto que decía cosas que nunca había escuchado o leído en otro lado. Además, mi condición de individuo desinteresado por absolutamente todo se vio apoyada por frases como “Tener cultura es como poseer una colección de pinturas caras: es algo muy apreciado pero que no sirve para nada”. Me alegro de haberlo leído, porque si no, mi aborrecimiento sería completamente infundado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Comenzando la universidad leí Pedro Páramo y La mujer habitada. El primero me resultó abrumador. Un no lector, o lector no, como era yo entonces, no podía encontrar sentido a semejante maraña de historias intercaladas. La mujer habitada sí me atrapó y me resultó una lectura intensa y agradable. No la he vuelto a leer, pero creo que me volvería a gustar mucho.</div><div style="text-align: justify;"><br />
La próxima lectura que recuerdo fue Harry Potter. Fui a ver las dos primeras películas y decidí que no iba a esperar a la tercera para saber qué pasaba con la historia. Los leí en un absoluto caos: El prisionero de Azkabán, El cáliz de fuego, La cámara de los secretos, La orden del fénix, La piedra filosofal, El secreto del príncipe y Las reliquias de la muerte. Fue en un período extenso de tiempo, pero junto todos los libros en este párrafo por pura unidad temática.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Aún así, todavía no había comenzado a leer. La lectura se convirtió en parte de mi vida (a veces pienso si la vida no será parte de mi lectura, más bien) a los diecinueve años, cuando me di cuenta de que quería escribir. No sé muy bien cómo fue. Recuerdo estar jugando con unos legos y haber ideado unos personajes de los que no me pude deshacer nunca. Todavía andan aquí adentro, esperando a que los escriba. Pero tendrán que esperar a que lea y viva un poco más, porque me hace falta.</div><div style="text-align: justify;"><br />
El asunto es que de alguna manera asocié ese súbito influjo creativo con la escritura, y un día un buen amigo me dijo “mae, para escribir bien tiene que leer mucho”. Fue como concebir el mundo de otra manera. Tenía que leer, leer, leer todo lo que pudiera. Fue otro de esos momentos que determinaron mi futuro como literato. De los momentos que me sacaron de una estancada carrera como informático y me llevaron donde tenía que estar.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Busqué todos los libros que tenía guardados desde el cole. Nunca encontré mi edición de En una silla de ruedas, pero di con El Quijote, la susodicha Crónica y algunos más. Fui comprando más y más libros. Hasta hoy no he parado. He leído mucho en estos años, pero aún así es poquísimo en comparación con lo que tengo. Hay cosas que uno se encuentra y no puede dejar pasar, porque algún día las tiene que leer, y en un país anticultural como este, es mejor aprovechar la primera oportunidad de hacerse con un libro, porque puede ser la única.</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-13776889738985583752010-08-03T00:47:00.000-07:002010-08-03T00:47:38.619-07:00Marcelo Figueras, La batalla del calentamiento.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5FpnilDOLplBMEynfBoFCKWiPM1yX_SIg5HdyumP59qSlhitzZyQoQWtWxu4xiS5FXIZQ1v39i6tr1E5Lnq_uMCggENT35eBsWNwB8sgW4prmuWacbbFakSXUPcrEyeJWOes1SBu1oJk/s1600/01+la+batalla+del+calentamiento+blog.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5FpnilDOLplBMEynfBoFCKWiPM1yX_SIg5HdyumP59qSlhitzZyQoQWtWxu4xiS5FXIZQ1v39i6tr1E5Lnq_uMCggENT35eBsWNwB8sgW4prmuWacbbFakSXUPcrEyeJWOes1SBu1oJk/s320/01+la+batalla+del+calentamiento+blog.jpg" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Muchas circunstancias pueden acercarlo a uno a un libro. No son pocas las ocaciones en que he terminado con una obra maestra entre las manos (y frente a los ojos) gracias a una oferta o liquidación de una librería. Hace unos meses pasé a Nueva Década a esculcar una caja que tenían con libros de Tusquets a mitad de precio. Me habían dicho que por ahí habían encontrado una novela de Daniel Sada que me interesa. Volví al revés la caja como cuatro veces y no di con el título esperado. Tras reputearme a mí mismo por haber pasado antes por ahí sin revisar la caja, decidí fijarme en el resto de las rebajas. Noté un libro grande y llamativo de Alfaguara: Marcelo Figueras. <i style="color: lime;">La batalla del calentamiento</i>. 544 pp. Al igual que los de Tusquets, el libro costaba 5 rojos. Unos versos encabezaban el texto de la contratapa:<br />
</div><div style="text-align: left;"> </div><div style="text-align: center;"> "En la batalla del calentamiento<br />
había que ver la carga del jinete.<br />
¡Jinete, a la carga! Una mano..."</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
Inmediatamente recordé la canción que me hicieron memorizar en el kinder (un poco distinta a la citada, eso sí) y le apunté unos puntos al autor por la escongencia del título. Leí el resto de la contratapa y me convencí. Los cinco rojos que traía dispuestos a gastar en Sada los gasté en Figueras.<br />
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La batalla del calentamiento es una novela convencional en su forma, que convina elementos de suspense, el cuento de hadas y el realismo mágico. Presenta elementos fantásticos como un lobo que habla en latín, un hombre extraordinariamente grande, una niña con poderes sobrenaturales (recuerda mucho al coronel Aureliano Buendía y a Clara del Valle, que son basicamente el mismo personaje solo que en novelas diferentes [y de distinto autor... :s]) y una mujer que aparenta creer en los duendes y las banshees, pero no asì en Dios ni en el valor de la ficción. A estos tres, cuya historia es el hilo narrativo fundamental, se suma una flota de personajes secundarios, cada uno más pintoresco que el anterior, entre los que se cuentan una señora que odia los niños, un regidor con doble personalidad, un abogado tímido y un empleado público disléxico.<br />
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La novela sigue a Teo, el gigante, y podría decirse el personaje principal, quien conoce casi accidentalmente a Pat, la de los duendes y banshees, y a su hija Miranda, la de los poderes. Una noche de sexo entre los dos primeros, quienes no pretendían otra cosa más que aprovecharse entre sí durante un rato, los une sentimentalmente, por lo que forman una familia improvisada con la pequeña Miranda. La narración desarrolla las personalidades y las historias de los tres, a la vez que ahonda en la amplia paleta de personajes secundarios y profundiza en la historia y las características de Santa Brígida, el pueblo donde transcurre la mayoría el relato. Este poblado cordillerano, supuestamente ubicado al sur de Argentina, es escenario de todo tipo de acontecimientos, desde una guerra entre los pobladores originales y los hippies inmigrantes, hasta un festival anual, el sever (revés) donde toda norma se invierte y todo el mundo tiene derecho para ser lo que no es. El espacio se convierte en un personaje más, del que se cuentan hasta los motivos de su bautizo.<br />
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La prosa de Figueras es fluida y absorbente, sin grandes proesas lingüísticas, pero por ello dotada de una adecuada transparencia. Los diálogos son coloquiales, creíbles, frescos, perfectamente imaginables en una conversación. La descripción es rica pero no agobiante, de modo que se generan físicos y ambientes que toman forma inmediantemente en la imaginación. Estructuralmente, las retrospectivas que van revelando el pasado de los personajes están bien distribuidas, lo que consigue que el misterio se devele progresivmamente y mantenga el interés vivo hasta el final. Todo esto salpicado siempre por un fino humor.<br />
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Sin duda el punto fuerte de la novela es el desarrollo de personajes, que consigue que se gesten en el lector sentimientos (a veces encontrados) hacia cada uno de ellos. Las personalidades quedan sólidamente definidas y se perciben los choques entre ellas. Pat y Teo armonizan, pero ella, aunque lo acepta en su casa, se empeña en esconderle los filamentos más finos de su pasado, con la excusa de que lo hace para proteger a Miranda de su cruel y poderoso abuelo paterno. Aunque todo parece indicar que Teo es de confianza, Pat no cede en su reserva, y al irse complicando las cosas es el mismo gigante quien tiene que averiguar sobre los orígenes de la niña. Por su lado, el abogado Dirigibus, tímido hasta el alma, quien ha pretendido durante años a la señora Pachelbel, se ve de pronto inmiscuido en un triángulo amoroso que jamás hubiera sospechado. Eso por mencionar un par de casos.<br />
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Otra cumbre del texto es la efectiva manera en que combina la temática fundamentalmente fantástica con referencias a la dictadura argentina, las cuales pasan de aparecer ocasionalmente a ser uno de los pilares de la historia, de modo que la imaginación se funde con la más cruda realidad en las dosis adecuadas. El resultado es un universo independiente (la utilización de un pueblo imaginario se revela como utilísima) salpicado aquí y allá por la veracidad de nuestro mundo (este tipo de combinación me recuerda a <i style="color: lime;">El laberinto del fauno</i>, de Guillermo del Toro).<br />
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El ritmo de la narración es dinámico, aunque decae un poco en los capítulos dedicados al pasado del pueblo, que no logra ser tan interesante como su presente. Uno quisiera seguir leyendo en todo momento sobre los acontecimientos actuales y resiente un poco las retrospectivas, como la dedicada a las guerras hippies.<br />
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La trama principal se ramifica en otras historias, todas interesantes, hasta desembocar a un momento de alta tensión donde se esperan muchos acontecimientos... pero el narrador de pronto zanja todo con un par de líneas donde afirma que lo que uno tanto teme que ocurra, simplemente no lo hará y cierra la novela con un suceso un tanto cursi y predecible, que tal vez hubiera funcionado si todos los cabos se hubieran atado adecuadamente. El punto flaco es, por tanto, el final.<br />
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Una excelente novela, aunque su descenlace impidió que pasara a ocupar un lugar entre mis favoritas. Figueras parece un digno (tal vez demasiado digno) heredero del realismo mágico del boom, el cual combina ágilmente con la escuela universal de los cuentos tradicionales y con los relatos testimoniales. Lectura recomendada para todo tipo de lectores.</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-84934545307162941292010-07-13T21:05:00.000-07:002010-07-13T21:12:27.174-07:00No todos los extremos son malos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgepUY_I8EH1mAwR7V2AIqIBU4Sji8oclRvnzwoujNO_J3Q9_A-QoZu3K8XjmrgPraRwb57G5o6ZA2vKPNijNpitCpgSiQHYOlVhsoaDA3900c1XxistWh7Y7c_IcezzK7x4TkKowFkZLw/s1600/polls_harry_potter_twilight_5658_372200_poll_xlarge.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgepUY_I8EH1mAwR7V2AIqIBU4Sji8oclRvnzwoujNO_J3Q9_A-QoZu3K8XjmrgPraRwb57G5o6ZA2vKPNijNpitCpgSiQHYOlVhsoaDA3900c1XxistWh7Y7c_IcezzK7x4TkKowFkZLw/s320/polls_harry_potter_twilight_5658_372200_poll_xlarge.jpeg" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">Dicen que la basura de una persona puede ser el tesoro más grande para otra. Un autor como Stephen King, visible en las estanterías de toda librería popular, es usualmente relegado al plano de la subliteratura o literatura comercial, pues se ocupa de un género marginado como lo es el terror o suspenso. Nunca se escucha (me atrevería a decir que nunca se escuchará) que alguien analice una novela de King, mucho menos que le dedique una tesis. En fin, quiero decir que se le relega de la academia, de la "buena literatura". </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Lo único que había leído de King era "Uno para el camino", un predecible cuento incluído en <i>Vampiras: antología de relatos de mujeres vampiro</i> de El Club Diógenes, Valdelomar (2003), con lo que no podía hacerme la más remota idea de su calidad (o falta de ella) como escritor. Acabo de terminar su novela <i>Montado en la bala</i> y, aunque aún no tengo bases suficientes para dar un panorama de su calidad literaria, debo decir que el relato me sorprendió. Podría decirse que es una mala novela-de-terror, porque no presenta nada que no haya sido explotado hasta el cansancio en el género pero, sin etiquetarla, se puede considerar una buena historia, entretenida y que deja en el aire esa pregunta de "¿Qué hubiera hecho yo?", lo cual no es propio de un mal texto. Tiene un buen contenido humano y desarrolla adecuadamente los personajes, de modo que se entienden las motivaciones de sus acciones, aunque estas no siempre sean las más loables. No me esperaba este tipo de complejidad que, si bien no es profundísima, ahuyenta un poco la idea de estar leyendo un texto meramente comercial. En síntesis, es un buen texto para leerlo de una sola sentada (94 pp., letra grandecita), oyendo Black Sabbath y comiendo galletas de avena una noche lluviosa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ahora bien, ¿es provechoso leer este tipo de literatura que, sin ser de primera categoría, entretiene y deja recuerdos agradables tras su consumo? Cambio la pregunta, ¿tiene que ser la literatura provechosa para que valga la pena que sea leída?</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En alguna ocasión un amigo me contó que se avergonzaba de sacar Harry Potter en el bus porque se sentía poco culto y conocedor leyendo eso. Creo que no es nada para avergonzarse. Cualquiera que tuviera el atrevimiento de decirle algo al respecto ("¿por qué lee esa mierda?", por ejemplo), además de estarse metiendo en lo que no le importa, se podría llevar una sorpresa si mi amigo le informara que lee todo tipo de literatura, desde García Márquez hasta George Orwell, Lope de Vega, Herman Hesse y, claro, J.K. Rowling. A decir verdad, son muchos los casos de personas que, en su cómoda posición de académicos (o incluso de expertos autodeclarados), se atreven a juzgar obras populares o comerciales sin tan siquiera haberlas leído. El título de "best seller", a como es atrayente para el lector promedio, resulta repugnante para los "entendidos", quienes no se detienen a pensar que el <i>Quijote</i> es de los libros mejor vendidos de la historia, así como también le andan cerca <i>Cien años de soledad </i>y otros títulos ampliamente reconocidos como "buena literatura".</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por otro lado, existen los libros pertenecientes a géneros marginados, como el terror, la fantasía, la ciencia ficción, la novela policial y hasta la mal llamada novela "romántica", que suelen contarse entre la literatura de consumo, hecha para que el vulgo se entretenga, y por tanto desterrada de la "crítica especializada". En una ocasión, un profesor me decía que a la literatura contemporánea no hay que pedirle profundidad, pues en una era donde la imagen se ha vuelto el centro de atención, lo que lleva a que sean la televisión, el cine y los videojuegos los titanes del momento en cuanto a entretenimiento, la literatura debe preocuparse de que el libro permanezca en manos del lector, sin importar el costo. No estoy del todo de acuerdo con esa afirmación, pues no creo que la solución sea siempre obedecer a la demanda, sino más bien lograr que la demanda sea otra, pero sí comparto la opinión de una profesora que me decía una vez, refiriéndose a <i>Harry Potter</i> y a <i>Las crónicas de Narnia</i>, que esos libros han logrado poner a leer a los niños y a los jóvenes, lo cual estaba casi perdido del todo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Un amigo me comentaba hoy mismo que le iba a comprar a su hija el libro <i>Caperucita en Manhattan</i>, de Carmen Martín Gaite. Me interesé y le pregunté si la niña tenía el hábito de lectura. Respondió que sí y que actualmente se estaba leyendo la saga vampirosa de Stephanie Meyer. Por un instante estuve a punto de despotricar contra su paternidad irresponsable que permitía que su hija leyera semejante basura, pero recapacité y me acordé de mí mismo a los doce años cuando los libros, fueran de lo que fueran, eran tan ajenos a mí vida como los camellos de tres jorobas. El asunto me dejó pensando. A la larga y tiene razón mi profesora al resaltar el aspecto positivo de este tipo de novela, que logra enganchar a los niños y a los jóvenes, lo cual deja claro que no toda esperanza está perdida para la literatura; quedan representantes de las nuevas generaciones (muchos de ellos) que devoran miles de páginas atrapados por la magia de la lectura y que son potenciales consumidores de mejores propuestas. Todo está en que estos jóvenes descubran que hay mucho más por leer que lo que les ofrecen las librerías y la publicidad de Hollywood, tarea que nos toca a los que ya hemos andado un poco más de camino. Es muy fácil ensañarse contra Meyer y Rowling mientras se cruzan los brazos y no se hace nada por mejorar nuestra situación cultural, que requiere cuidados intensivos desde hace tiempo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Al final, los extremos no son tan malos si se sabe jugar con ellos. Dijo Alexánder Obando (lo parafraseo) que él se siente atraído tanto por lo sublime como por la basura, preferencia que comparto pues, a como me encanta experimentar la lectura de un libro genial o la contemplación de una magnífica película, también me gusta relajar mi sentido estético de vez en cuando con violencia, fantasía, comedia o sensualidad poco justificadas.</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-49587679291429170572010-05-17T00:42:00.000-07:002010-05-17T11:38:00.802-07:00Este año, la Muerte los prefiere metaleros<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZlVfwfkdLaA4XT6M3uEYWg51GxsBlOnccvhshd-N0hNEuKE-QBHv443uI9VzIR1OOUsrd_sl3EvHqM1zo5ks5qUkA1KwilojHg7NgkINnRo20kFloaJRkKA8LEJA8tmoQHD6a3Zzp-_Y/s1600/Death_Metal_by_PsychoVoodoo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZlVfwfkdLaA4XT6M3uEYWg51GxsBlOnccvhshd-N0hNEuKE-QBHv443uI9VzIR1OOUsrd_sl3EvHqM1zo5ks5qUkA1KwilojHg7NgkINnRo20kFloaJRkKA8LEJA8tmoQHD6a3Zzp-_Y/s320/Death_Metal_by_PsychoVoodoo.jpg" width="268" /></a></div><div style="text-align: center;"><br />
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La imagen, alegre y lúdica, no necesariamente expresa lo que siento. Sin embargo, es apropiada. Esa centinela nuestra, que nos vigila siempre desde las esquinas de sus cuencas oculares con su perenne sonrisa llena de arrogancia y burla, se ha creído la muy metalera y anda asaltando escenarios, robándose grandes voces y dejando en su lugar los inaudibles acordes de su <i>guadarra</i>.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hace poco más de un mes (14 de abril), fue Peter Steele, el genial cantante y bajista de la banda neoyorquina Type O'negative.</div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXrmw3b8PPpMBxTSPhpukkHhWEax8AZM0h21BQ2K0Hp1ycK8BA0EbZYEwdXF9bZ1yUHxiB2RAhHKawK0O9l2PW7h1k76pwGGMy0UYPMUbN8Pq4SNi_Roc8gXW6dA9iMz8tZNTYrHEERLk/s1600/PeterSteele.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXrmw3b8PPpMBxTSPhpukkHhWEax8AZM0h21BQ2K0Hp1ycK8BA0EbZYEwdXF9bZ1yUHxiB2RAhHKawK0O9l2PW7h1k76pwGGMy0UYPMUbN8Pq4SNi_Roc8gXW6dA9iMz8tZNTYrHEERLk/s320/PeterSteele.jpg" width="257" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-size: x-small;">Peter Steele. 1962-2010.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
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</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Se acabó su profunda y grave voz, así como su humor autodespectivo y sus canciones críticas e irreverentes. La Muerte, a la que tanto le cantó, vino a reclamarle sus derechos de imagen. ¿Qué nos dejó? Varios de los discos más influyentes de la historia del gothic metal, ni más ni menos.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Y ahora (16 de mayo), le tocó el turno a Ronnie James Dio, cantante de las importantísimas bandas Rainbow y Black Sabbath, sin contar su larga carrera como solista.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
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</div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjtzCCfIsvdwlMoYWy8N08w9ih1FK6jILZ-oe7ddXmfmhsrl8Lwjdip3dqqgNpn83fTjQ0HOwpQLi0hyphenhyphen_QWWKlJEAmdkf9GyccfMxseOubfnpC5x_n3fbUm0BbvKyT71LlVx0kOHjhvlk/s1600/ronnie_james_dio_sp.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjtzCCfIsvdwlMoYWy8N08w9ih1FK6jILZ-oe7ddXmfmhsrl8Lwjdip3dqqgNpn83fTjQ0HOwpQLi0hyphenhyphen_QWWKlJEAmdkf9GyccfMxseOubfnpC5x_n3fbUm0BbvKyT71LlVx0kOHjhvlk/s320/ronnie_james_dio_sp.jpg" /></a> <br />
<div style="text-align: left;"><span style="font-size: x-small;"><br />
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<span style="font-size: x-small;">Ronnie James Dio. 1942-2010.</span><br />
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De Dio me es difícil hablar objetivamente, por lo tanto no lo haré. Dio representa para mí la más grande voz del heavy metal, simple y sencillamente. Influencia directa y notable en otros grandes (Mats Leven, por decir alguno), su legado consiste en la definición del cantante del género . A los 68 años, Dio seguía activo y en gran forma. La cancelación de la gira de verano de Heaven and hell (nombre que se le dio al Black Sabbath con Dio para diferenciarlo del de Ozzy), era solo un preludio a la tragedia. De esta no nos vamos a recuperar. Hay grandes, pero como <span style="color: yellow;">DIOs</span>, ninguno.<br />
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Para hacerles honor, una muestra del talento de cada uno. Primero,<span style="color: lime;"> <span style="color: #cccccc;">Black no.1</span></span>, de<span style="color: lime;"> Type O'negative</span>.<br />
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<object height="385" width="480"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/uVaHG_QMvNk&hl=es_ES&fs=1&"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/uVaHG_QMvNk&hl=es_ES&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br />
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Ahora, el evangelio según <span style="color: red;">Black Sabbath</span>.<span style="color: orange;"> </span><span style="color: red;">Heaven and hell</span>, en vivo.<br />
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<object height="385" width="480"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/vqLFl2obk-o&hl=es_ES&fs=1&"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/vqLFl2obk-o&hl=es_ES&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="480" height="385"></embed></object><br />
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Duro golpe para todos, definitivamente. Larga vida a la memoria de estos dos grandes. Personas como ellos nunca van a morir, por más que nos duela haber perdido sus presencias.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC65QuEQBh8MbkBebWAKT0wv34BvoZ65VsZ9W1cP6Bf8_aRhQwGWXknyUjea2t6mikNmpiN-ZFMhKQxrDLfFFgbUAG0chZ9Ho5RctEvJkINF9eGvPrdfHHL5um1WuTBSfNqjf0xgvbwW0/s1600/Ronnie-James-Dio_Promo-Photo_001.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC65QuEQBh8MbkBebWAKT0wv34BvoZ65VsZ9W1cP6Bf8_aRhQwGWXknyUjea2t6mikNmpiN-ZFMhKQxrDLfFFgbUAG0chZ9Ho5RctEvJkINF9eGvPrdfHHL5um1WuTBSfNqjf0xgvbwW0/s320/Ronnie-James-Dio_Promo-Photo_001.jpg" width="240" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaNMboyCAEQtXXvS3Nvjhf1H_kzjvG2BGIxRqsmad56uYN-Dz2h7quv7beQzPzz5R4zNdIooR_fZhTUxmfCAhsJ_kZ7Sh4j4jsuvri90TfTjVHACQqaXwGMuku2vIJNNMAHqoU-eK5f6E/s1600/typeo-peter-big.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaNMboyCAEQtXXvS3Nvjhf1H_kzjvG2BGIxRqsmad56uYN-Dz2h7quv7beQzPzz5R4zNdIooR_fZhTUxmfCAhsJ_kZ7Sh4j4jsuvri90TfTjVHACQqaXwGMuku2vIJNNMAHqoU-eK5f6E/s320/typeo-peter-big.jpg" width="213" /></a></div><br />
<span style="color: cyan;">Dio, con su clásica seña de los cuernos.</span> <span style="color: lime;">Peter en plena acción, con su bajo verdinegro.</span>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-15140531927523765292010-04-11T22:55:00.000-07:002010-04-11T23:08:21.597-07:00Megadeth Radio<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhalb3Ypb1Ht2hCy8WXAogA4f2T_UWx6tG1ilLJn-Vtf88YKZzJ_Slok-5XZNuemOEAcd6Mq8jFFswlshMMVbeF89aPSoAYE85ZvEMVXpenSiZWJJkxLu4GZMdG7JbAzXSLFgIIaIl9THw/s1600/megadeth+radio.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhalb3Ypb1Ht2hCy8WXAogA4f2T_UWx6tG1ilLJn-Vtf88YKZzJ_Slok-5XZNuemOEAcd6Mq8jFFswlshMMVbeF89aPSoAYE85ZvEMVXpenSiZWJJkxLu4GZMdG7JbAzXSLFgIIaIl9THw/s320/megadeth+radio.JPG" width="320" /></a></div><br />
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Para metaleros y rockeros, aquí dejo la excelente estación de radio de la banda Megadeth (EEUU). Como lo dice el guitarrista, cantante y líder Dave Mustaine, en esta estación se puede escuchar "Slayer, ACDC, gore and The Beatles back to back!". Provecho.<br />
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<a href="http://www.iheartradio.com/cc-common/widget/detail.html?wid=2047">Megadeth Radio</a>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-87652714908395922182010-04-09T04:02:00.000-07:002010-04-09T04:02:02.604-07:00Alicia en el país de las taquillas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5kLP5ymXxvyXF1IFHJItXvfQzhUYmBlFpol7koBH0EFHf2Gicqaokn21WJZVe9QxuuHPOTz_mqzMy9U5NJfBt3ugLqIE2zTxD9RyTLJTYreqRgqC27z4nFccRuYrL4TDLW_WGXPa_9GY/s1600/Alice-In-Wonderland-Theatrical-Poster.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5kLP5ymXxvyXF1IFHJItXvfQzhUYmBlFpol7koBH0EFHf2Gicqaokn21WJZVe9QxuuHPOTz_mqzMy9U5NJfBt3ugLqIE2zTxD9RyTLJTYreqRgqC27z4nFccRuYrL4TDLW_WGXPa_9GY/s320/Alice-In-Wonderland-Theatrical-Poster.jpg" /></a></div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;">Valga esta entrada para inaugurar la nueva plantilla del blog. Gracias A lexánder Obando por su ayuda con la misma.</div><div style="color: white; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: white; text-align: justify;"><span style="color: red;">Advertencia: Quien no haya visto la más reciente versión de Alicia en el país de las maravillas (Tim Burton, 2010) y pretenda hacerlo, absténgase de leer el texto. Luego no digan que me puse a contar la cinta o algo parecido.</span></div><div style="color: white; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;">Las mejores adaptaciones de obras literarias al cine son, a mi gusto, aquellas que generan algo nuevo a partir del texto original. Si bien en muchos casos uno quisiera ver exactamente la novela que leyó adaptada a la pantalla (lo que me pasa con Narnia, por ejemplo), es innegable que un distanciamiento creativo de parte del director puede enriquecer la obra. Al fin y al cabo se trata de una traducción, puesto que el lenguaje literario y el cinematográfico no son iguales, por lo que es interesante ver modificaciones en los diversos aspectos de la adaptación.</div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
Cuando supe que Disney estaba planeando una nueva versión de <i>Alicia en el país de las maravillas</i>, experimenté una serie de sentimientos encontrados. En primer lugar, pensé que por fin se había realizado mi sueño de ver una versión de <i>Alicia</i> con actores reales y una buena producción, lo cual, evidentemente, me esperanzó. En segundo lugar, dado que el título era el mismo de siempre, supuse que no se trataría más que de un refrito de la misma historia con un montaje contemporáneo, lo que no me pareció tan alentador. Eso por no mencionar que la estética de Tim Burton no es de mi completo agrado (aunque reconozco que el cabrón es un genio), por lo que todavía dudé más respecto a que la cinta me fuera a cuadrar. </div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
El día que vi la película salí muy contento. Razones: 1) La emoción de ver una <i>Alicia</i> contemporánea y con tan buenos efectos adormeció mi capacidad crítica y 2) La Alicia estaba tan guapa que… bueno… adormeció mi capacidad crítica.</div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
Ya con la mente (y todo lo demás) en frío, me fue imposible obviar algunos aspectos que definitivamente convierten a esta nueva versión de la obra de Carroll en una más entre tantas.</div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
Del trabajo de Burton en la producción no hay mucho qué decir: simplemente impecable. La ambientación sórdida y retorcida (sin excesos), de su factura tan peculiar, le da al País de las maravillas una pinta como la merece. La Reina Roja cabezona me fascinó, así como el efecto de la aparición y desaparición del gato. De Anne Hathaway como la reina blanca no puedo decir mucho objetivamente porque la mujer también me encanta. Un poco sobreactuada tal vez, pero da la impresión de que esa era la idea. De hecho, las actuaciones me decepcionaron mucho, sobre todo la de Alicia: la chiquita está muy bonita pero es demasiado inexpresiva y no logra naturalidad en los gestos. Johnny Depp me pareció bien, pero tal vez porque este mae con cualquier cosa medio rara que haga ya lo conquista a uno.</div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
Ahora bien, en cuanto al guión, me gustó que la propuesta se alejara de la historia original y buscara más bien complementarla. Sin embargo, el resultado fue de lo más burdo: convirtieron a Alicia en una predecible historia de fantasía épica.</div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
En Las transformaciones del cuento maravilloso, señala Vladimir Propp:</div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
<div style="text-align: center;">“Podemos, en efecto, observar que los personajes de los cuentos maravillosos, sin dejar de ser diferentes en cuanto a su apariencia, a su edad, su sexo, su tipo de preocupación, su estado civil y otros rasgos estáticos y atributivos, llevan a cabo, a lo largo de toda la acción, los mismos actos”. (pp. 16-17)*.</div></div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
En efecto, es clásica, por ejemplo, la historia del héroe que parte a un viaje en busca de un objeto singular que le ayudará a vencer el mal. En la <i>Alicia</i> de Burton tenemos una heroína, Alicia, que llega al País de las maravillas y resulta ser la elegida (anunciada por una profecía y todo) para acabar con la tiranía de la Reina Roja, para lo que necesita conseguir la espada que le permitirá vencer al Jabberwocky (dragón dientón). Desde los evangelios, pasando por los poemas homéricos, las leyendas artúricas, Juana de Arco, Tolkien, Narnia y Star Wars, las narraciones con este formato mesiánico del enviadoquelibraráalpueblodelaopresión abundan. No es un problema que lo hagan, pero sí es un problema reducir una obra maestra de la sátira y el absurdo como<i> Alicia</i> a este esquema tan trillado.</div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
La trama es completamente lineal y avanza como lo haría en una típica película de fantasía reciente, dígase <i>El señor de los anillos</i>, <i>Las crónicas de Narnia</i>, <i>La brújula dorada</i> o cualquiera de las que han comenzado a pulular desde la pasada década, al punto de que termina con una batalla climática entre las fuerzas del bien y del mal. Aclaro que todas estas películas me gustan (excepto <i>La brújula dorada</i>, ver mi diatriba contra ella <a href="http://miasfera.blogspot.com/2009/01/por-eso-hubiera-sido-mejor-no-hacer.html">aquí</a>), porque soy un enamorado incorregible de la fantasía épica, pero <i>Alicia en el país de las maravillas</i>, si bien puede ser muchas cosas, NO es una historia de esta índole. Ver al Sombrerero loco volando espadazos y a Alicia con brillante armadura me pareció algo totalmente fuera de lugar, que disloca la esencia de la obra original y convierte la adaptación en una historia que, con solo cambiarle los nombres a los personajes, dejaría de ser<i> Alicia</i>. Se trata de un excelente ejemplo de una versión cinematográfica que, al distanciarse del texto literario, termina por traicionarlo. </div><div style="color: #cccccc; text-align: justify;"><br />
Linealidad, coherencia, heroísmo maniqueo, amistad cursi, batallas épicas, monstruos imponentes, espadas encantadas, bailes ridículos (porque los hay, olvidé mencionarlos antes)… en fin, de todo lo que está de moda y le gusta al actual público meta de Disney: gente incapaz de disfrutar de una obra diferente, sarcástica, crítica y poco convencional. Y no me refiero al público infantil, porque este está respaldado por casi siglo y medio que lleva leyéndose <i>Alicia</i> sin ninguna queja. </div><div style="color: #cccccc;"><br />
</div><span style="color: #cccccc;">* Propp, Vladimir. <i>Las transformaciones del cuento maravilloso</i>. Buenos Aires: Rodolfo Alonso Editor. 1972.Traducción de Hugo Acevedo.</span>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-46090455356705021282010-03-30T15:32:00.000-07:002010-03-30T15:40:21.429-07:00Opeth y el métal contemporáneo<div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
Tras el hard rock setentero vino la New wave of british heavy metal (<span style="color: cyan;">NWOBHM</span>) y el rock cambió para siempre. Bandas como Judas Priest y Iron Maiden (entre muchas otras menos conocidas), retomando elementos de lo que ya había comenzado a gestar Black Sabbath, pero distanciándose un tanto de su atmósfera oscura, comienzan a tocar como no se había hecho antes. Las secciones rítmicas de las bandas (batería y bajo) aumentaron considerablemente de peso y las distorsiones de las guitarras fueron más ruidosas que nunca (alabado sea Jimi Hendrix por sus experimentos con efectos). Las melodías armonizadas a dos guitarras comenzaron a ser recurrentes, así como los solos a velocidades no concebidas en el pasado. </div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: cyan; text-align: justify;">En los ochenta, la violencia y la velocidad de las composiciones van en aumento. Venom, insatisfechos con la escena melódica y hasta cierto punto liviana que los rodeaba, apuestan por un sonido crudo, agresivo y oscuro (ahora sí, más a lo Black Sabbath) originando, de un solo golpe, todo lo que se vendría a conocer como métal extremo (thrash, black y death métal). Las voces guturales hacen su aparición (se dice que una banda italiana, de nombre Bulldozer, fue la pionera, pero no he podido confirmarlo), los ritmos se aceleran hasta límites casi sobrehumanos (la técnica de batería conocida como blast-beat se comienza a utilizar con frecuencia), el bajo se toca golpeando las cuerdas con los dedos, en una especie de slap perpetuo (cuando no se usa púa para darle más velocidad) y las guitarras se afinan en tonalidades más bajas para lograr aún más densidad. El doom metal (que también debe su nacimiento a Black Sabbath) se va desarrollando de la mano de bandas como Candlemass y Cathedral, que se orientaron, en lugar de a la velocidad, a los ritmos lentos y repetitivos, que gracias a la distorsión se volvían grotescos y escalofriantes. Paradise lost, tras un inicio meramente doom, incluye algunos arreglos orquestales y voces femeninas en sus composiciones, con lo que crea el gothic metal.</div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: cyan; text-align: justify;">Suecia, la ciudad de Gothenburg, para se exactos, ve nacer una nueva modalidad de death metal, que incorpora melodías y armonías más marcadas y comprensibles, así como estribillos más definidos. Se trata de lo que se llegaría a conocer como melodic death metal.</div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: cyan; text-align: justify;">Y pues bien, es en Suecia donde ocurre el fenómeno que quiero reseñar. En Estocolmo, al noreste de Gothenburg, en 1990 se funda la banda Opeth. Todo el panorama histórico del metal que bosquejé arriba es solo para decir que Opeth combina practicamente todos los subgéneros que mencioné con el rock progresivo de los setenta (Pink Floyd, King Crimson, Yes y demás) para dar una propuesta única y ecléctica, sin caer en el barroquismo y la incomprensibilidad de otras bandas que intentan fusiones similares. </div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: cyan; text-align: justify;">Las composiciones de Opeth suelen ser largas (yo diría un promedio de ocho minutos por canción, con sus excepciones por supuesto) y alternar pasajes de tremenda agresividad (voces guturales y distorsión) con otros acústicos y con voces melódicas (el genial Mikael Akerfeldt, compositor principal, se hace cargo de todas las voces, además de las guitarras acústica y eléctrica). En los discos más recientes la banda incorporó el teclado entre sus filas, el cual han utilizado de maneras muy creativas también: a como se puede escuchar un solo de clásico órgano hammond, también se puede uno topar con orquestaciones o saturaciones distorsionadas. Guitarras clásicas y folclóricas del norte europeo, solos al mejor estilo de David Gilmore, riffs densos y devastadores a lo doom, pasajes caóticos estilo Morbid Angel... y todo envuelto en una coherencia y una fluidez sorprendentes. Ninguna canción de Opeth (tal vez solo Black rose immortal, que dura más de 20 minutos) da la impresión de ser larga, puesto que las secciones transcurren tan harmoniosamente que no se siente el paso de los minutos.</div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: cyan; text-align: justify;">Se les suele etiquetar como "death metal progresivo", lo cual aunque no está del todo errado, me parece que deja por fuera muchos de los elementos de su música. En mi opinión, Opeth es una digna representante (tal vez la mejor) de lo que el métal contemporáneo está experimentando: una fusión de todo lo que se ha venido haciendo y que a la vez incorpora elementos de otros géneros musicales como, en el caso de Opeth, el jazz y el folk. A la larga, las etiquetas sobran y lo mejor es una muestra. Les dejo un video, parte de su más reciente DVD, titulado <i>The roundhouse tapes</i>, que docuementa una presentación de la banda en Londres, en noviembre del 2006. La canción es "When", del album <i>My arms, your hearse</i>, publicado en 1998. Nótense la excelente presencia escénica de la banda, así como la fuerza de su interpretación. Abajo adjunto la letra y una traducción que realicé de la misma con la ayuda del amigo Gustavo Solórzano (Asterión), para que aprecien la calidad lírica de la misma, la cual es alta en todas las letras de Opeth. Que lo disfruten. Disculpen que el video se ve cortado, pero como es en HQ, no logré que se adaptara al tamaño de la columna de mi plantilla. En fin, se puede ver perfectamente).</div><div style="text-align: justify;"><br />
<object height="370" width="625"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/1kuOEAxLHAk&hl=es_ES&fs=1&"></param><param name="allowFullScreen" value="true"></param><param name="allowscriptaccess" value="always"></param><embed src="http://www.youtube.com/v/1kuOEAxLHAk&hl=es_ES&fs=1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" width="625" height="370"></embed></object></div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
When?<br />
<br />
Red sun rising somewhere through the dense fog.<br />
The portrait of the jaded dawn who had seen it all before. <br />
<br />
This day wept on my shoulders.<br />
Still the same as yesterday.<br />
This path seems endless, body is numb.<br />
The soul has lost its flame.<br />
Walking in familiar traces to find my way back home. <br />
<br />
So there I was.<br />
Within the sobriety of the immortals.<br />
A semblance of supernatural winds passing through.<br />
The garden sighs, flowers die. <br />
<br />
The gate was closed that day, but I was bound to carry on.<br />
She could not see me through the windows.<br />
In dismay, strangest twist upon her lips.<br />
Graven face, she said my name. <br />
<br />
Once inside I heard whispers in the parlour.<br />
The gilded faces grin, aware of my final demise. <br />
<br />
And I cried, I knew she had lied.<br />
Her obsession had died, it had died. <br />
<br />
When can I take you from this place?<br />
When is the word but a sigh?<br />
When is death our lone beholder?<br />
When do we walk the final steps?<br />
When can we scream instead of whisper? <br />
<br />
When is the new beginning,<br />
The end of this sad madrigal? </div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: cyan; text-align: justify;">______________________</div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
</div><div style="color: cyan; text-align: justify;">¿Cuándo?</div><div style="color: cyan; text-align: justify;"><br />
</div><span style="color: cyan;">Un sol rojo sale de alguna parte a través de la densa niebla.</span><br />
<span style="color: cyan;">El retrato de un amanecer hastiado que ya lo ha visto todo. </span><br />
<br />
<span style="color: cyan;">El día lloró sobre mis hombros</span><br />
<span style="color: cyan;">igual que ayer.</span><br />
<span style="color: cyan;">Este camino parece interminable y el cuerpo yace entumecido.</span><br />
<span style="color: cyan;">El alma ha perdido su llama</span><br />
<span style="color: cyan;">por seguir rastros familiares</span><br />
<span style="color: cyan;">para hallar su camino a casa. </span><br />
<br />
<span style="color: cyan;">Ahí estaba yo,</span><br />
<span style="color: cyan;">en la sobriedad de los inmortales:</span><br />
<span style="color: cyan;">atravesado por restos de vientos sobrenaturales.</span><br />
<span style="color: cyan;">El jardín exhalaba y las flores morían. </span><br />
<br />
<span style="color: cyan;">La puerta quedó cerrada esa vez, pero yo estaba obligado a continuar.</span><br />
<span style="color: cyan;">Ella no podía verme a través de las ventanas.</span><br />
<span style="color: cyan;">Consternada, torcía extrañamente sus labios. </span><br />
<span style="color: cyan;">Con un gesto esculpido dijo mi nombre. </span><br />
<br />
<span style="color: cyan;">Una vez dentro escuché murmullos en el salón.</span><br />
<span style="color: cyan;">Las caras doradas sonreían, conscientes de mi última desaparición. </span><br />
<br />
<span style="color: cyan;">Y entonces lloré, pues supe que ella había mentido.</span><br />
<span style="color: cyan;">Su obsesión había muerto.</span><br />
<br />
<span style="color: cyan;">¿Cuándo podré sacarte de aquí?</span><br />
<span style="color: cyan;">¿Cuándo será la palabra tan solo un suspiro?</span><br />
<span style="color: cyan;">¿Cuándo será la muerte nuestra única dueña?</span><br />
<span style="color: cyan;">¿Cuándo daremos los últimos pasos?</span><br />
<span style="color: cyan;">¿Cuándo podremos gritar en lugar de susurrar? </span><br />
<br />
<span style="color: cyan;">¿Cuándo será el nuevo inicio?</span><br />
<span style="color: cyan;">¿Cuándo el fin de este triste madrigal?</span>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-69735849383013203812010-03-25T02:19:00.000-07:002010-03-25T02:21:53.674-07:00¿Grunge? contemporáneo<div style="text-align: justify;"><span style="color: orange;">No soy un fanático del grunge. Sin embargo, ese movimiento tan camisudo y desenfadado dio joyas musicales como lo fueron (y lo son) <span style="color: lime;">Alice in chains</span>. No es que sepa demasiado de la banda. Sé que el <span style="color: lime;">Facelift </span>es un discazo y que <span style="color: lime;">Would?</span> es de mis canciones favoritas de todos los tiempos y de todos los géneros. Suficiente para darme por seguidor (sí, soy de los que se resisten a decir "fan"). Hoy, pasando canales en la tele (también me resisto a decir "zapping") caí, por accidente (¡LO JURO!) en Mtv y pues, descubrí algo. <span style="color: lime;">Alice in chains</span> volvió, ya lo sabía, pero una rápida oída de su nuevo disco me dio la impresión de que no había nada interesante. Me equivoqué. Mtv, lo que es la vida, me dio a conocer esta canción y este video. Ambas me fascinaron. Lo comparto, a ver si alguien más se enamora. Aclaración: la muchacha principal es mía. Yo la vi primero.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
<object height="370" width="450"><embed src="http://www.metalinjection.net/tv/flvplayer.swf" FlashVars="config=http://www.metalinjection.net/tv/flvembed.php?viewkey=1d1eb8c95855eab78ee9" width="450" height="370" bgcolor="#000000" scale="noscale" menu="false" loop="false" align="middle" allowscriptaccess="always" allowNetworking="all" allowfullscreen="true" type="application/x-shockwave-flash" pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer"></embed></object><br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;"></div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-33163791724914779192010-03-05T00:42:00.000-08:002010-04-09T12:03:19.943-07:00La República de Platón se parece a Costa Rica<div class="separator" style="clear: both; color: yellow; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5rKCb3OcHxBEG7QdEc3cEwpQFWshJT1EnXYoHGgsDFhruZXedzcskX2JZ0PgjdF-WPfXp_NSPdWYlu5AEVVOtthzsj5iB0-uyJnZduLank-VU8LnIyMeDXJbD_FxvycvAM88uduz8gzs/s1600-h/tb_socrates_y_platon.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5rKCb3OcHxBEG7QdEc3cEwpQFWshJT1EnXYoHGgsDFhruZXedzcskX2JZ0PgjdF-WPfXp_NSPdWYlu5AEVVOtthzsj5iB0-uyJnZduLank-VU8LnIyMeDXJbD_FxvycvAM88uduz8gzs/s320/tb_socrates_y_platon.jpg" /></a>Platón excluyó a los poetas de su República. Consideraba que las artes "imitativas" carecían de importancia, porque solo representaban la representación de los ideales. Un rosa solo era una representación del ideal de la rosa, por lo que unos versos a la rosa serían una representación de una representación. En síntesis, la poesía le parecía una ilusión innecesaria y burda que no hacía la menor falta. ¿Suena conocido? ¿Alguna similitud con la realidad cultural costarricense? Sorprendentemente, sí. El susodicho Festival Internacional de las Artes 2010 no incluirá la acostumbrada mini feria del libro ni muchos (por no decir todos) de los otros espacios que se le dieron a la literatura en oportunidades anteriores. ¿Por qué? Pues pareciera que porque a alguien se le olvidó incluirlos en el programa. ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué pretende una organización cultural excluyendo a la literatura? Cada vez entiendo menos a este país, supuestamente tan culto.A pero claro... no sé cómo se me escapó. Es que hay que leer bien el nombre: REPÚBLICA de Costa Rica. Tal parece que el asunto de la república no era una alusión democrática, sino una muestra de adhesión al ideario platónico. Con razón hablan tanto de ideales que se quedan allá, en el mundo de las ideas, y nunca se ven por aquí.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; color: cyan; text-align: justify;">Más información:</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br />
</div><a href="http://www.nacion.com/2010-02-26/Portada/FotoVideoDestacado/AG26-FIA.aspx">http://www.nacion.com/2010-02-26/Portada/FotoVideoDestacado/AG26-FIA.aspx</a><br />
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<a href="http://clubdelibroscr.wordpress.com/2010/02/25/fia-no-contemplo-a-la-literatura/">http://clubdelibroscr.wordpress.com/2010/02/25/fia-no-contemplo-a-la-literatura/</a><br />
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<div style="color: lime;">Una opinión:</div><br />
<a href="http://luissiana.blogspot.com/2010/02/quien-se-fia-de-la-fia.html">http://luissiana.blogspot.com/2010/02/quien-se-fia-de-la-fia.html</a>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-22568930713404252582010-02-24T15:21:00.000-08:002010-04-09T12:08:05.262-07:00Costa Rica, Suiza centroamericana<div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9kVXu74eLNP06FpyUsbHDtb5p-XuPpl-BN3-D_3EmyHQoqoExhN8lVddVKP07LaR6KfleydFrIebz4krDaEGRq4Dg6FqMnv7GuaDTYUZUI07x6ubdusW1G_XPvFXFpgNOCkradJ0JhZ8/s1600-h/heidi.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9kVXu74eLNP06FpyUsbHDtb5p-XuPpl-BN3-D_3EmyHQoqoExhN8lVddVKP07LaR6KfleydFrIebz4krDaEGRq4Dg6FqMnv7GuaDTYUZUI07x6ubdusW1G_XPvFXFpgNOCkradJ0JhZ8/s320/heidi.jpg" /></a></div><div style="text-align: center;"></div><br />
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<span style="color: orange;">En respuesta a la excelente iniciativa de Pulpería Lindavista, quien subió el ensayo "El ambiente tico y los mitos tropicales" de Yolanda Oreamuno, dejo aquí este de Mario Sancho, otra ácida crítica al imaginario tico. Les comento que este ensayo yo creía que lo tenía en el tomo <i>Mario Sancho, el desencanto republicano</i>, de Flora Ovares y Seidy Araya, publicado por la ECR, sin embargo, encontré una versión en línea mucho más extensa. Les dejo aquí el fragmento que contiene el libro y el enlace a la fuente donde pueden leerlo completo. En el libro no se incluye tampoco la "Explicación", que me parece de gran interés para quien lea. Pura vida. </span></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;">Costa Rica, Suiza centroamericana<br />
<span style="font-size: small;">Mario Sancho Jiménez, Costa Rica</span></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Explicación<br />
<br />
Esta visión de conjunto del país en los últimos treinta años puede que a muchos parezca demasiado pesimística. En el fondo la creo verdadera y por eso la doy así, sin quitarle ni ponerle nada, al público. No se me oculta que la tarea de apuntar fallas y destruir conceptos convencionales no es tarea simpática en ninguna parte del mundo y menos en Costa Rica.<br />
<br />
Tampoco me hago ilusiones del efecto que pueda lograr en la conciencia pública. Tres largos años de buen batallar contra la injusticia y la mentira me han convencido de lo difícil que es mover opinión entre nosotros. La conferencia que sigue es en gran parte como un compendio de esa campaña estéril, y así el lector no debe sorprenderse si encuentra en ella ideas ya publicadas por mí en artículos de la prensa diaria en la cual he luchado por desacreditar muchas cosas que aquí critico: el procedimiento tardo y costoso de nuestra Justicia, los impuestos que nos encarecen la vida, el cambio alto y el salario bajo. Casi siempre estuve sólo en esos empeños, aun cuando abogara por darle pan bueno y barato al pobre o protestara contra el régimen podrido de nuestras instituciones de caridad, y no me sorprenderá si ahora también me quedo solo, y si los vivos atribuyen a apasionamiento mis críticas y los tontos lo creen. En un país donde los más se mueven únicamente por el interés o la pasioncilla malsana, resulta difícil convencer a nadie de la sinceridad de uno. ¡Qué importa! A mí me basta con repetirme los versos del Petrarca:<br />
<br />
Io parlo per ver dire,<br />
non per odio d'altrui né per desprezzo.<br />
<br />
M. S.<br />
Cartago, 22 de noviembre de 1935.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="color: orange; text-align: center;"><span style="font-size: small;">Costa Rica, Suiza centroamericana</span><br />
<span style="font-size: small;"> </span> </div><div style="color: orange; text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">Desde hace algunos años anda nuestro espíritu buscándose un refugio en el pasado, en parte, --¿a qué negarlo?-por gusto del pasado mismo, pero muy principalmente por escapar a la angustia y desencanto del presente. Los tiempos que corren son en verdad aflictivos y desconsoladores. El país, hombres, instituciones, costumbres, todo anda de muy capa caída. Económicamente estamos a dos dedos de la bancarrota, endeudados hasta la coronilla, mitad por improvidencia y mitad por improbidad, con casi todas nuestras industrias arruinadas y con tan poca esperanza de salir de apuros como mucho peligro de que a la postre el acreedor extranjero, cuando vea que no podemos cumplirle la palabra, irrumpa en nuestras aduanas so pretexto de ponerlas en orden y de hacerse pagar.<br />
<br />
Pero si el estado de las finanzas del país es malo, sus condiciones sociales y políticas son peores. Al desbarajuste económico, ha dicho hace poco don Elías Jiménez Rojas, uno de los poquísimos ciudadanos que se dan entera cuenta de estas cosas y que no se callan su opinión, corresponde una profunda crisis moral, en nuestro concepto más grave aún que aquél, porque asume proporciones más grandes y porque sus consecuencias afectan hasta la propia raíz de la vida nacional.<br />
<br />
No quisiéramos pasar por agoreros de calamidades públicas, pero la verdad es que no podemos ver sin aprensión el porvenir. La República no nos parece segura en este desconcierto y en esta lucha de intereses egoístas exacerbados bajo el apremio de las circunstancias, y no creemos pecar de pesimistas si decimos que los ideales de nuestros mayores, de quienes heredamos patria independiente y digna, están sufriendo hoy una baja tanto o más considerable que la de los títulos de Estado o de la divisa nacional. Y aunque tampoco nos gustaría sentar plaza de moralistas de clavo pasado, vamos a agregar, sin embargo, que al decir ideales entendemos también las normas de conducta que orientaron la de los buenos costarricenses de otros tiempos. Moral y buenas costumbres van camino de ser pronto un recuerdo apenas del pasado. No hemos sabido conservar ese precioso patrimonio y la historia tendrá que acusarnos de haberlo disipado.<br />
<br />
Verdad es que la Costa Rica de antes no nos ofrecía el espectáculo de una sociedad adelantada, ni de una vida confortable y llena de refinamientos. Cierto que nuestros abuelos vivían con poca comodidad y mucha o demasiada sencillez, pero al menos la austeridad de sus costumbres, la modestia de sus ambiciones, la varonil resignación con que afrontaban los trabajos y las molestias de una existencia bastante primitiva, eran buena escuela para la hechura del carácter, tan buena como son malas disciplinas lujos y refinamientos, que no riman con nuestros escasos recursos, para la edificación moral de las nuevas generaciones.<br />
<br />
Ya estamos oyéndonos llamar con horaciana ironía: laudator temporis acti. No creemos, sin embargo, habernos dejado llevar por el encanto que presta a las cosas la lejanía, cuando aseguramos que la hombría de bien del costarricense chapado a la antigua no es invento de costumbristas o poetizadores del tiempo pasado, sino un hecho real y verdadero, con sus naturales excepciones, claro está. Y es lógico que así fuera. Aquella sencillez de costumbres, aquella modestia de ambiciones, aquella conformidad cristiana que informaban la conducta de la gente de antes, contribuían a hacer de la existencia, si bien dura en el sentido de la comodidad que ahora disfrutamos, algo menos complejo, menos exigente, menos difícil y menos costoso. Por un lado el individuo tenía que tolerar muchas más molestias de orden material, pero por otro, su modo de vivir no le exigía tanto desasosiego y tanto empeño en obtener el dinero con que es fuerza pagar el confort con que ahora vivimos. Había menos demandas a la vanidad, a la sensualidad, a la codicia, que son los resortes, hay que confesarlo, del progreso material, pero que también son responsables de la mayor parte de las indignidades y las transgresiones morales que ocurren con innegable frecuencia en la sociedad moderna.<br />
<br />
En el caso de Costa Rica este fenómeno parece agravarse por circunstancias especiales que trataremos de señalar aunque sea de prisa. Todos sabemos que nuestra clase media ha sido, es y será por mucho tiempo más o menos pobre. Pues bien, la transformación de sus costumbres no ha llevado el paso con el incremento de sus medios pecuniarios. Las comodidades que ha introducido en su vida, aunque pocas, si se las compara con las que disfrutan los individuos de esa misma clase en otros países, son más y mayores de las que sus entradas pueden sufragar. Ninguna observación es tan frecuente entre nosotros como la de que estos fulanos o aquellos zutanos viven con más lujo del que debieran. Cuando la palabra lujo no se refiere a gastos verdaderamente inútiles, como los tragos tomados en el club o en la cantina (y digamos de paso que aquí sería difícil acentuar mucho la diferencia entre clubes y cantinas), o como las pretensiones elegantes de la hija casadera, si bien muy de acuerdo con sus ansias matrimoniales, resueltamente en pugna con los recursos del pobre padre de familia, significa conveniencias o comodidades que constituyen cada fin de mes un desequilibrio en el presupuesto doméstico, y son origen las más veces de trampas, enredos o de otras cosas más graves.<br />
<br />
Esto, respecto a nuestra clase media. Vamos ahora con nuestras llamadas clases altas.<br />
Digamos primero que en Costa Rica no ha habido realmente aristocracia, sin que neguemos por esto la existencia en lo antiguo de gentes de abolengo aristocrático. Sí que las hubo, cuya información de sangre hubiera demostrado quizá cualidades de la más rancia nobleza, pero todas vinieron de España sin gran fortuna, y ninguna logró adquirirla aquí. Esta era una oscura y pobre provincia de la Corona de Castilla, donde no había riquezas minerales ni pingües industrias con que dorar cuarteles nobiliarios. Nuestros nobles no pasaron, pues, de ser lo que llaman en la Península "hidalgos de gotera", hombres serios, sobrios, buenos cristianos que vivían holgadamente, mas sin exceder los límites de la dorada medianía. Ninguno vivió en grande, ninguno hizo jamás, como se dice, casa de dos pisos, ni comprometió la solidez de su hacienda en locuras fastuosas, convites espléndidos, exquisiteces culinarias o esplendores de guardarropía. No hubo entre los primates de la Colonia o de los primeros años de la República nadie que nos recuerde a un José de la Borda, que se gastó parte de las riquezas extraídas a los cerros auríferos de Tasco en los deliciosos jardines de Cuernavaca que habían luego de encantar al alma trágica de Maximiliano; o a un Conde de Rul, constructor magnificente de una iglesia para sus mineros de Guanajuato, que podría servir en cualquier parte del mundo de hermosísima catedral.<br />
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Las casas que habitaban nuestros próceres coloniales son bien poca cosa al lado de los palacios de México o de Lima, cuyas puertas embellecían primores de arte e ilustraban las armas de añejas estirpes. El tren y el regalo de sus vidas tampoco iban más allá de la holgura tranquila en que vive cualquier persona de posibles. De sus descendientes, lograron conservar el patrimonio los que lo administraron con prudencia y parsimonia. Quienes excedieron los términos modestos en que habían vivido sus progenitores, comiendo como gran lujo tortilla con queso, para decirlo al modo pintoresco de don Nicolás Oreamuno, se arruinaron.<br />
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Para hacer cumplida justicia a los hombres de antaño, hay que agregar que si usaban del dinero parsimoniosamente, sin incurrir en las ostentaciones un poco cursis de los adinerados de ahora, no cabe duda que eran más generosos y que tenían un sentido de cooperación social más fuerte y mejor cultivado. Para convencerse de esto no tiene uno más que preguntarse a quiénes debe el país sus principales instituciones de beneficencia: casi todas ellas son de larga data y están fundadas sobre un legado y sobre el empeño y la caridad de hombres pertenecientes a la Costa Rica antigua. Los ricos de nuestros días, sólo por excepción, legan su nombre y su dinero a una obra de bien común. Los más viven indiferentes a las necesidades ajenas, y mueren preocupados con la idea de asegurarse que sus herederos reciban el capital, libre hasta de los impuestos que la ley destina a fines caritativos. Muy rara vez tienen un movimiento generoso. En cambio, nuestros viejos casi nunca se despedían de este mundo sin dejar siquiera un manda para ayuda de los pobres o para el mayor esplendor del culto religioso que había confortado sus almas en la vida y en la muerte.<br />
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Hay otro punto que no quisiéramos pasar por alto, y que consiste en el mal uso que nuestros ricos hacen del dinero. Vamos a hablar de eso, no para descubrir ese mal uso, que tal como huelga en estas líneas destinadas a ser leídas principalmente por costarricenses, sino para confirmar la verdad de la observación de Renan , esto es, de que "el mejoramiento material de los individuos, cuando no va acompañado del grado de educación correspondiente, está lejos de favorecer su mejoramiento moral". "El pueblo", dice aquel ilustre pensador, (y aquí agreguemos nosotros que pueblo vale decir toda gente ineducada) "es mucho menos capaz que las clases elevadas o ilustradas de resistir a la seducción de los placeres fáciles que no están libres de inconvenientes más que cuando uno está blasé de ellos. Para que el bienestar no desmoralice es precioso estar habituado a él; el hombre ineducado se echa a perder pronto en el placer, lo toma groseramente en serio no se aburre de él".<br />
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Excusándonos de suscribir a las consecuencias políticas que Renan sacaba de su observación, diremos resueltamente que la nuestra nos lleva a tenerla como verídica. Ya hemos visto que la clase adinerada de Costa Rica, con raras excepciones, se caracteriza por su falta de altruismo y absoluta incapacidad para la cooperación social. Pues bien, agreguemos que tan grande como su sordidez es su frivolidad, su necia complacencia en la ostentación de dinero, su mal gusto, sus malas maneras, y sus ridículas y vanidosas satisfacciones. Después de ver a estos ricos en la intimidad, después de oírles sus chácharas plagadas de chismes y superficialidades, en que no apunta una idea generosa ni un sentimiento decente, sino por milagro, después de sufrirles su desdeñosa incomprensión de todo lo que no sea pesos y centavos, hay que convenir necesariamente con el dictamen del filósofo francés. A estos hombres les sobra todo, solo les falta aquel requisito insustituible, aquel savoir vivre, que es bien distinto de lo que aquí entienden por esto, aquello que concede simpatía a las personas, distinción a los actos, autoridad a las palabras, y buen tono a las costumbres.<br />
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Nuestros ricos son amigos de viajar. Uno pensaría que esto pudiera darles alguna amplitud mental y mejor entendimiento de las cosas del mundo. Desgraciadamente no es así. Nuestros ricos van y vienen de Estados Unidos y de Europa y siguen siendo los mismos. Están atacados de un incurable provincialismo y de una falta de visión y simpatía y de curiosidad intelectual grandes. En sus viajes no ven sino lo externo, lo obvio, lo que complace su temperamento comodón y vanidoso; lo que habla al espíritu se les pasa desapercibido.<br />
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Algunos habrá que encuentren exagerado y hasta calumnioso el retrato que hemos trazado, pero salvando a unos cuantos de nuestros magnates, con ideales de trabajo y de progreso, estamos seguros de que la experiencia y observación de casi todos nuestros lectores concurren en este punto con las nuestras.<br />
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Hemos señalado el mal y nombrado el remedio: educación. Desde luego hay que convenir en que nuestras escuelas y colegios no están enteramente exentos de culpa a este respecto. Su labor educativa no ha sido todo lo vigilante y eficaz que era de desearse para contrarrestar el mal. A veces, hasta cabe dudar de que se hayan dado siquiera cuenta de él, tal es la indiferencia con que ven esta irrupción horrible de ramplonería, vulgaridad y desmoralización apoderarse poco a poco del país.<br />
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Despierten nuestros maestros ante el peligro que nos amenaza. No esperen oír la voz de rebato para hacerse cargo valientemente de su responsabilidad; entonces, cuando suene la campana o se encienda la almenara en congojas de alarma, ya será tarde. Despierten desde ahora. Cuiden, defiendan las costumbres de los jóvenes y los gustos, hoy solicitados más que por el libro o la conversación inteligente, por la bobería cinematográfica; cultiven en ellos la conciencia de los deberes patrióticos y el sentido altruista que ennoblece al individuo y hace grandes a los pueblos. Adoctrínenlos sobre todo en el amor de nuestro pasado para que les eche raíces el espíritu en la patria honesta, trabajadora y dueña de su destino que era la Costa Rica de antaño. Diríjanlos a la conquista del campo, que así ayudarán a desarrollar nuevas fuentes de riqueza y escaparán a la humillación de vivir gravitando sobre nuestras empobrecidas ciudades. Hay que enseñarles a cultivar la tierra, nuestra tierra. Cultivarla es la mejor manera de defenderla de la asechanza extraña.<br />
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Y con las cosas del espíritu hagan los maestros y hagamos todos otro tanto: cultivemos lo propio, defendamos nuestros ideales de vida, la sencillez de nuestras viejas costumbres, en vez de dejarnos imponer usos, cursilerías casi siempre, de otras partes. No es que queramos cerrarnos a todo lo extranjero solo porque es extranjero, aunque de ello pudiéramos salir beneficiados, pero sí discernir entre lo que conviene o no, entre los sustancial y lo frívolo. Examen, sentido crítico, es la cosa que más falta nos hace. No hay más que ver por el lado que van nuestros entusiasmos, digamos por caso, en literatura. ¿En qué se cifra generalmente nuestra admiración por las letras francesas? En lo peor que esa admirable literatura tiene que ofrecernos, en aquello precisamente que decía Ernest Renan: "sa basse presse, sa petite littérature, ses mauvais petits théatres dont le sot esprit, aussi peu français que possible, est le fait d'étrangers".<br />
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Tal vez habrá quien nos moteje de pedantes. Pero el mote no nos arredra ni disuade de decir con toda la vehemencia a nuestra disposición que no hay nada en la actualidad que logre irritarnos tanto como esta necia e inconducente admiración de nuestros frívolos afrancesados por toda suerte de futilezas anglicanas, como no sea el entusiasmo que suscitan entre nosotros las platitudes y chocarronerías que los mal informados toman como producto representativo de los Estados Unidos.<br />
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Reaccionemos animosamente contra todas estas cosas. No seamos provincianos, mas tampoco hagamos más el badaud ni en el boulevard ni en Broadway. Vayamos con ojos y mente abiertos por los caminos del mundo observando y aprovechando lo bueno de todas partes para volver luego a lo nuestro fortalecidos con el ejemplo de las serias disciplinas, de los arduos esfuerzos y de los ideales que constituyen la grandeza de esas y otras naciones. Sí, volvamos siempre a lo nuestro, estudiemos con amor nuestra historia y nuestra lengua, y seamos leales a nuestra ascendencia espiritual. Las piedras itinerarias del camino que se abre ante nosotros son Costa Rica, América, España.</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: center;">*** </div><div style="text-align: center;"><br />
</div><span style="color: orange;">Texto completo </span><a href="http://www.hcostarica.fcs.ucr.ac.cr/index.php?option=com_content&view=article&id=70:crsuizacentro&catid=10:estliberal&Itemid=2" style="color: cyan;">aquí</a>.<br />
<i><span style="color: orange;">El ambiente tico y los mitos tropicales</span></i>, <a href="http://pulperialindavista.blogspot.com/2010/02/el-ambiente-tico-y-los-mitos-tropicales.html" style="color: cyan;">aquí</a>.J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-48586342504033499902010-02-22T13:32:00.000-08:002010-04-09T12:09:20.342-07:00Primeros versos<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQIK6lNLN4JbIZ_c8ARBzVQEMOZ1H1cJ-A5qe-co87ivEPQ-tUh7S45u47YGCgHYyGnTaWZqbx2LHcTEPsA_w6c5tx4ckpE-_lalF4D_YTls9ZcXz6yMXO-5-TZG81bSjd1FpfRUlSnTI/s1600-h/poetry.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQIK6lNLN4JbIZ_c8ARBzVQEMOZ1H1cJ-A5qe-co87ivEPQ-tUh7S45u47YGCgHYyGnTaWZqbx2LHcTEPsA_w6c5tx4ckpE-_lalF4D_YTls9ZcXz6yMXO-5-TZG81bSjd1FpfRUlSnTI/s200/poetry.jpg" width="183" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br />
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Gente, este poema es de una amiga que está dando sus primeros pasos en la poesía. Pide crítica, sugerencias, observaciones, de todo. Les dejo el enlace a su blog, que ya cuenta con algunos textos, para que contribuyan a la causa de una joven poeta que comienza a andar su camino. Pura vida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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<div style="color: lime; text-align: left;"><span style="font-size: large;">Palabras</span></div><div style="color: lime; text-align: left;"><br />
</div><div style="color: lime; text-align: left;">Recorrí pasos aleatorios<br />
Ví mi vida pasar por mis ojos<br />
Alguien se cruzó en mi camino<br />
Me devolvió significados apasionados<br />
<br />
Una implacable necesidad<br />
De regalarme palabras de peso<br />
Un deseo incontenible<br />
Que no podría retener más<br />
<br />
Mi corazón latió rigurosamente<br />
Quizo salirse de su lugar<br />
Y él adivinó sus movimientos<br />
Recordamos otros momentos<br />
<br />
Pidió compañía,<br />
Para su desolada alma proclamó<br />
Con la amplitud de sus fuerzas<br />
Y la profundidad de las mías<br />
<br />
El tiempo que la razón permitió<br />
Rosas florecieron y murieron<br />
Abrieron puertas y cerraron puertas<br />
Secas, con sus espinas puntiagudas<br />
Hablaron sobre el futuro<br />
<br />
Promesas banales intercambiamos<br />
Promesas típicas, ciegas<br />
Aún creyendo toda la porquería<br />
Llegó el momento<br />
De ahogar y asfixiar<br />
<br />
El tiempo lo permitió<br />
El tiempo lo destruyó<br />
<br />
La maldición de sus palabras<br />
Provocan agonía y dolor<br />
¡Malditas palabras!<br />
Resuenan en mis oídos<br />
En mis ojos, en mi boca<br />
Abren la piel y la calcinan<br />
<br />
El juramento selló las palabras<br />
En este, mi infierno. </div><div style="color: lime; text-align: center;"><br />
</div><div style="color: lime; text-align: left;"><a href="http://ninasilente.blogspot.com/"><span style="color: yellow;">http://ninasilente.blogspot.com/</span></a> </div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-81308002277153691222010-02-18T19:18:00.000-08:002010-04-09T12:13:01.335-07:00Un par de fotos de Yolanda Oreamuno ¿inéditas?<div style="text-align: justify;"><span style="background-color: black; color: orange;">Bueno... inéditas no sería el término, puesto que las estoy tomando de una publicación. Más precisamente del </span><i style="background-color: black; color: orange;">Joyel de Navidad </i><span style="color: orange;"><span style="background-color: black; color: orange;">(1933 - 1934). Editores Eduardo Castro S. y Eduardo Castro H. Impreso en La Tribuna San José. C.R. Este documento, especie de catálogo de ventas, fue encontrado por mi amigo Christian Rodríguez, quien sacó las fotos también. A él las gracias. El caso es que no sé si estas fotos se habrán difundido de alguna manera. Sea como sea, aquí están. Clic para verlas grandes.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4cdAEmqMllhN1LoyGs4Lzf1sdx1slcpWp-YBH4EUwjhZwnwaTy3J7h2lfSw2o7mSM2jyKCe5h_cxa8CMeRLqzrzObO_tJjGmNMP75ga6xYfu606mYFhbUa3jRJfLtFaI7ZwLbXVajvZ8/s1600-h/Photo_0063.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4cdAEmqMllhN1LoyGs4Lzf1sdx1slcpWp-YBH4EUwjhZwnwaTy3J7h2lfSw2o7mSM2jyKCe5h_cxa8CMeRLqzrzObO_tJjGmNMP75ga6xYfu606mYFhbUa3jRJfLtFaI7ZwLbXVajvZ8/s320/Photo_0063.jpg" /></a></div><div style="text-align: center;"><br />
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<div style="text-align: left;"><span style="color: orange;">Dada la fecha, la autora rondaba ya los 18 años. Esta es la Yolanda que escribió <i>¿Qué hora es?</i></span></div></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgasezR-hD6K0ti8i9coU68HDAI70ClleaoaOAfg3rvfWSJhy3FLscxLT3FXdzua409660ABYPq4PIzjvUMPVj1KXaC8BSbrbP8JvjfpWX2nI5Iv5Mbyu8ERkD0Fmw5DVgtE3wVw_iK1XQ/s1600-h/Photo_0061.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgasezR-hD6K0ti8i9coU68HDAI70ClleaoaOAfg3rvfWSJhy3FLscxLT3FXdzua409660ABYPq4PIzjvUMPVj1KXaC8BSbrbP8JvjfpWX2nI5Iv5Mbyu8ERkD0Fmw5DVgtE3wVw_iK1XQ/s320/Photo_0061.jpg" /></a></div><div style="text-align: center;"><br />
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<div style="text-align: left;"><span style="font-size: x-small;"><span style="color: orange; font-size: small;">Esta segunda foto me resulta intrigante porque no logro discernir si Yolanda es la de vestido o la que lleva ropa de hombre. ¿Alguien la distingue?</span></span></div></div><div style="text-align: center;"><br />
</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-88457649694178856912010-02-15T15:25:00.000-08:002010-12-17T18:21:38.113-08:00Aurenthal y la literatura maravillosa en Costa Rica<div style="background-color: black; color: yellow; text-align: justify;"><i>Este texto lo mandé al Áncora, palanqueado por un profesor de la UNA que se ofreció a ayudarme a publicarlo, y fue rechazado por referirse a "un libro que salió hace ya tiempo"... en fin, a quien interese: </i></div><div style="background-color: white; color: yellow; text-align: justify;"><span style="background-color: black;"></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3FFqgv6hlrdN5WaJ-dhxCAXZuQeI2cDHydpll8JTkP0BAJIJY0i61f-69OGa0j-2lmJVRQa7Lgb9dfKfdz95kEYO1jJKYcPnb4QhEMOEXKzyPtcRtRIqBfdN83khEpQHAVuYhyr54tyE/s1600-h/portada+A.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3FFqgv6hlrdN5WaJ-dhxCAXZuQeI2cDHydpll8JTkP0BAJIJY0i61f-69OGa0j-2lmJVRQa7Lgb9dfKfdz95kEYO1jJKYcPnb4QhEMOEXKzyPtcRtRIqBfdN83khEpQHAVuYhyr54tyE/s320/portada+A.jpg" /></a></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La literatura infantil suele ser relegada de los grandes círculos académicos por la creencia de que los únicos que pueden sacarle provecho son los niños. Más aún, se la considera algo así como un juego, como si fueran mentes infantiles las que la produjeran, y no personas de gran capacidad y preparación, en ocasiones los mismos académicos. Pienso en nombres como Carlos Rubio o Lara Ríos, y si vamos al pasado, Carlos Luis Sáenz y Carmen Lyra son ejemplos de suficiente peso como para llamar la atención de cualquiera. No obstante, también los menores han sorprendido en más de una ocasión al hermético mundo adulto, como fue el caso de Irene Guzmán Ferreto, que ganó el Primer Premio Embajada de España de Narrativa Infantil en el 2008, con su excelente novela Castillo Fantasía, al contar tan solo dieciséis años.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Así mismo, la fantasía es de inmediato asociada con esta literatura llamada “infantil”, tal vez porque en la vida adulta ya no hay espacio para lo que Todorov llamó lo maravilloso, o sea, esos mundos cuyas leyes naturales son diferentes a las del nuestro, por lo que permiten acontecimientos que, a nosotros, los lectores, nos parecen maravillosos. Curiosamente, lo fantástico, pensemos en Borges o en Cortázar, sí llama la atención de la gente “madura”, probablemente porque la irrupción de un hecho inexplicable en un mundo calcado al real no le resulta tan chocante.</div><div style="text-align: justify;"><br />
En Costa Rica algo se ha hablado de la literatura fantástica nacional, pero no así de la maravillosa. Será porque se la considera infantil o no, no me interesa. Lo que me interesa es que hay una novela que, si bien tuvo su reconocimiento al ser publicada, con el tiempo ha ido cayendo en el olvido hasta convertirse en un objeto de colección para los bibliófilos que recorremos incansables las compraventas del país.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Luis Ricardo Rodríguez nació en San José en 1966. A los veinticinco años, un año después de egresar de la Facultad de Derecho de la UCR, publicó Aurenthal, una novela sobre dos niños que deben enfrentarse a la catástrofe ocasionada por un escritor frustrado que, en su afán por el éxito editorial, escribe una historia mediante fragmentos textuales extraídos de obras famosas. Las consecuencias: al extraer una cita y agregarla al nuevo texto, por un desequilibrio entre el tiempo literario y el real, la obra completa de un autor al azar desaparece de la historia y la memoria humanas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
Como lo hizo Michael Ende en La historia interminable doce años antes y como lo haría Cornelia Funke en la saga Mundo de tinta trece después, Rodríguez nos presenta una novela sobre novelas, o mejor dicho, sobre literatura. El mismo señor Howell, abuelo de uno de los protagonistas, lo sentencia casi al final del texto: “muchos libros tratan sobre historias y relatos. Pero si esta se escribiera alguna vez, sería lo contrario: un relato sobre libros”. Así, la obra se incluye en una tradición remontable hasta el mismísimo Quijote, la cual indaga en el propio terreno de la creación literaria. En la historia de Edgar Ardoni, el escritor frustrado que recurre a las obras consagradas para escribir la propia, se aprecia la experiencia de cualquier autor, quien en realidad recrea otros textos que ha leído en los que escribe. Es lo mismo que los niños, Steven y Gabriel, deben hacer para remediar el problema ocasionado por Ardoni: recurrir a todo su bagaje literario para escribir un nuevo texto.</div><div style="text-align: justify;"><br />
La estructura de la novela muestra un proceso que, si bien no es único, no deja de sorprender y de resultar complejo. Tras el primer tercio de la novela, cuando los niños se disponen a continuar la historia que Ardoni dejó inconclusa, la obra comienza a alternar entre el relato de lo que hacen los niños y el que ellos mismos están escribiendo, de modo que el texto se vuelve dual y el lector asiste a la confluencia de ambas partes. Sin que la narración se vea truncada, los dos relatos se van desarrollando de modo que la lectura nunca pierde interés, y el lector se ve tan motivado a seguir la historia de los dos jóvenes como la de los héroes que ellos mismos están creando. Esta dualidad recuerda a la de La Historia Interminable, ya citada, donde Ende consigue el mismo efecto al mostrar tanto la historia de Bastián como la que Bastián lee.</div><div style="text-align: justify;"><br />
La novela no solo resulta interesante de principio a fin, sino que, con el paso de las páginas, se convierte en un gran tributo a la lectura y a los libros, así como a la misma creación literaria. La frecuente mención de obras famosas de la literatura universal activa la curiosidad del lector, quien probablemente las buscará motivado por los personajes quienes, solapadamente, las recomiendan. Así, la obra termina siendo el inicio de una cadena literaria que se expandirá con cada nueva lectura. Y bien que la promoción de la lectura conviene mucho a una juventud como la nuestra, cada vez más alejada de este acto tan placentero y enriquecedor.</div><div style="text-align: justify;"><br />
El complejo relato, que a pesar de serlo no llega a abrumar al lector de ninguna manera, evita la sobreestimación del lector infantil al que supuestamente se dirige la obra, lo que suma la ventaja de que así será atractiva para un público de cualquier edad. Las reflexiones sobre el equilibrio necesario entre el tiempo literario y el real son interesantes desde el punto de vista de la teoría literaria, así como las nociones de autor y narrador que el texto propone. Ya en un plano ético, la misión del escritor como un recreador de la realidad y un buscador de mundos posibles está también presente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
La literatura maravillosa infantil y juvenil, término que no acuño como definitivo ni mucho menos, es poco tomada en cuenta en nuestro medio y en cualquier otro, pero obras como Aurenthal llaman irresistiblemente la atención. Ojalá estas líneas sirvan para, además de crear interés por la novela, que su autor o su editorial nos den el gusto de una nueva edición, así como el de la publicación de su novela inédita. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Aquí, otra reseña del libro, desde otra óptica, para la variedad de criterios:</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><a href="http://heredia-costarica.zonalibre.org/archives/2009/09/luis-ricardo-rodriguez-vargas.html">http://heredia-costarica.zonalibre.org/archives/2009/09/luis-ricardo-rodriguez-vargas.html</a><br />
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Citas de Rodríguez, Luis Ricardo. <i>Aurenthal</i>. San José: Norma. 1991.J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-87609660797832656082010-02-05T18:36:00.000-08:002010-04-09T12:13:55.642-07:00Más política.Un par de expresiones públicas respecto a las elecciones y enlaces de interés para quien esté indeciso o aún crea en las encuestas (también para reirse). Ambas fotos cerca de la UCR.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEDH0T_-q53GvaMaXlosgv5HAy7j7MfrBJGkwf5-F3SOD1RIcIrIse99YyOVQFaNHDzmPze39KO343VtcikLTYmJqNIW56HKmWQG-1LatEEvsnLIQ_sTEfchRZFam5KFYvN1wyeXeEnNA/s1600-h/Imagen077.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEDH0T_-q53GvaMaXlosgv5HAy7j7MfrBJGkwf5-F3SOD1RIcIrIse99YyOVQFaNHDzmPze39KO343VtcikLTYmJqNIW56HKmWQG-1LatEEvsnLIQ_sTEfchRZFam5KFYvN1wyeXeEnNA/s320/Imagen077.jpg" /></a></div><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSpNgYU6C2oeiTDP7jzw7Pj5fk2l4inRfssxoIMrAjvQY00LCsRlrMiypV60Il6DrgFdNVeWqW33Poto8dewgNHdn8HorGXZbzkDddVBZ7dZIrGQENY8afTScF-8VVazDSHX64qYqlDN0/s1600-h/Imagen071.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSpNgYU6C2oeiTDP7jzw7Pj5fk2l4inRfssxoIMrAjvQY00LCsRlrMiypV60Il6DrgFdNVeWqW33Poto8dewgNHdn8HorGXZbzkDddVBZ7dZIrGQENY8afTScF-8VVazDSHX64qYqlDN0/s320/Imagen071.jpg" /></a></div><br />
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Sobre las encuestas:<br />
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<a href="http://davidcruzjimenez.blogspot.com/2010/02/esto-es-para-no-creerle-las-encuestas.html">http://davidcruzjimenez.blogspot.com/2010/02/esto-es-para-no-creerle-las-encuestas.html</a><br />
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Humor literario... jeje:<br />
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<a href="http://elmasviolentoparaiso.blogspot.com/2010/02/si-nuestros-politicos-fuesen-escritores.html">http://elmasviolentoparaiso.blogspot.com/2010/02/si-nuestros-politicos-fuesen-escritores.html</a><br />
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Reflexión sobre el proceso, así como una buena colección de enlaces sobre el tema:<br />
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<a href="http://asterion9.blogspot.com/2010/02/puede-ser-otra-costa-rica.html">http://asterion9.blogspot.com/2010/02/puede-ser-otra-costa-rica.html</a><br />
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¡A votar Costa Rica!J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4476576997063168270.post-63538742100416756412010-02-02T21:03:00.000-08:002010-02-02T21:05:40.582-08:00El analfabeta político (o votemos el 7 de febrero)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiT6SsrJiexMHC_cvHlMnu3EoWmLQqpgRqQ-9-VRNFplIyuo-6Fmtn_uf4gNFS1y3MC6aPMlCkHy1K3qX1wu7ZNczYzVG3XGJzevtphW_udkIuKeaSTCqKS41vQNvXX2EBZIymWWhXNNE/s1600-h/dramaturgo_bertolt_brecht.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiT6SsrJiexMHC_cvHlMnu3EoWmLQqpgRqQ-9-VRNFplIyuo-6Fmtn_uf4gNFS1y3MC6aPMlCkHy1K3qX1wu7ZNczYzVG3XGJzevtphW_udkIuKeaSTCqKS41vQNvXX2EBZIymWWhXNNE/s320/dramaturgo_bertolt_brecht.jpg" /></a></div><div style="text-align: center;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".<br />
</div><div style="text-align: justify;">Bertolt Brecht</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No seamos analfabetas políticos, vayamos a votar. Todo el mundo tiene boca (y culo) para cagarse después en la administración de turno, pero no el valor para ejercer el voto y asumir la responsabilidad cívica que este hecho representa. No nos refugiemos en excusas como "es que no hay por quien" o "yo no creo en la democracia". Hay muchos excépticos, ácratas, desengañados, anarquistas y demás, pero solo de palabra. No se ven revoluciones ni propuestas alternas. El que se opone al régimen no busca salidas, sino que sigue inmerso en él, supuestamente contradiciéndolo y negándolo, pero sin tomar acción, como jactándose de que es muy de izquierda.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Aquí no se practica la verdadera democracia, es un hecho. Se ha impuesto un régimen con el único objetivo de beneficiar a unos pocos, enriquecer más al que ya es rico y mantener una versión oficial no tan catastrófica, apoyada principalmente en la comparación con los demás países del área. Con el cuentito de que no estamos tan mal como los vecinos nos dejan en un grave estancamiento económico, social y cultural. Ser "los menos malos" no es necesariamente ser buenos, ya lo sabemos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero Abstenerse de votar es contribuir al estancamiento. La escasez de votantes disminuirá a la larga las nuevas propuestas electorales, puesto que la principal motivación para alguien con intenciones de cambio es la posiblidad de resultar electo. Durante mucho tiempo vimos partidos minoritarios condenados al fracaso ante el dominio vipartidista del PLN y el PUSC, pero el PAC hace cuatro años demostró que sí era posible que una nueva opción luchara por la presidencia, y aquí estamos ahora, con tres partidos disputándola (claro que el Movimiento Libertario es más una amenaza que una esperanza, pero si ellos pudieron meterse en la contienda cualquiera puede).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">No importa por quién, pero votemos. Eso sí, tampoco basemos nuestra decisión en liviandades como que tal o cual ya no tiene chance. Si creemos en alguien démosle nuestra adhesión, es mejor ser fiel a las propias creencias que apoyar a alguien que no nos simpatiza del todo solo porque tiene más posiblidades, como si se tratara de una apuesta. Tampoco creamos en las encuestas oficiales y comerciales. En la UCR se han realizado encuestas que desmienten fuertemente las de Cid Gallup, Unimer, Borge y asociados, etc (para ver algunas, entrar <a href="http://tetrabrik.blogspot.com/2010/01/otra-encuesta.html">aquí</a> y <a href="http://laratonenera.blogspot.com/2010/02/esta-encuesta-tampoco-ha-sido.html">aquí</a>).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En fin, jale a votar y votemos bien, informados, no seamos analfabetas políticos ni nos caguemos después en lo macheteado cuando ni siquiera agarramos el machete.</div>J.P. Moraleshttp://www.blogger.com/profile/03812974423942235800noreply@blogger.com0