jueves, 14 de octubre de 2010

Y me hice lector...



Nada especial, solo un recuento de mis primeras experiencias como lector, que escribí un día de estos por puras varas. Lo pongo más por activar el blog que por otra cosa. Estoy conciente de lo poco interesante que estas líneas pueden resultar para quien... no sea yo. En fin, quien sienta curiosidad por saber cómo un mae común y corriente (más común que corriente... y viceversa) se acercó a los libros, puede seguir. A quien no le interese, pues, ya le advertí.

***

Crónica de una muerte anunciada fue el primer libro que me sorprendió. Lo leí con unos quince años a cuestas. Había leído muy poco antes. En la escuela me tragué muchos libros, pero fue siempre una lectura desinteresada, de trámite, exactamente como tomarse una pastilla. Recuerdo haber disfrutado de Algunos niños, tres perros y más cosas y Un tiesto lleno de lápices, de Juan Farias, de los cuales no recuerdo nada, excepto que el segundo lo protagonizaba una familia cuyo hijo curioso había descompuesto el reloj de la sala, por lo que se habían acostumbrado a leerlo al revés. También leí La Tierra del Sol y la Luna y El Fuego de los pastores, de Concha López de Narvaez. La primera era una novela histórica sobre la lucha entre cristianos y musulmanes. En algún momento los moros quemaban una iglesia católica y un personaje, un moro, afirmaba desolado “No era de este modo, por Dios que no era de este modo”. Recuerdo una historia de amor entre una cristiana y un moro. O al revés, no sé. El fuego de los pastores era una historia con historias enmarcadas, como Las mil y una noches. Los pastores se reunían todos los días alrededor del fuego y contaban los cuentos que uno iba leyendo. Recuerdo uno, La noche de las ánimas, sobre un pastorcillo que no temía a los lobos pero sí a los fantasmas. Leí también El globo azul, sobre un chiquito vestido de azul que se inflaba y volaba por los aires, o algo parecido. Hubo otros muchos libros, pero de ninguno  guardo datos precisos. En quinto grado leí Verano de colores y Pantalones largos, de Lara Ríos. Fueron libros que me acompañaron durante toda la adolescencia. Se trataba de los diarios ficticios de Arturo Pol, un adolescente común y corriente (y ficticio) que contaba sus experiencias como colegial. Por alguna razón me encantaban esos libros. Los leí en cada período de vacaciones durante unos seis años. Luego añadí Pantalones cortos, el que en realidad era el primero de la saga.

En el colegio no leí casi nada. Leer era en realidad un castigo para mí en ese entonces. Lo interesante es que en la escuela no me era tan difícil aplicarme con la lectura, pero aún así no me gustaba mucho, sino como una asignación apenas un poco menos desagradable que las demás. Muchos años después, pero no frente al pelotón de fusilamiento, el profesor Alfonso Chase, en un curso de generales, preguntó en un cuestionario si la lectura nos gustaba o nos resultaba solo una imposición académica. Recuerdo que contesté que no era de mis pasatiempos, pero que me había gustado en la mayoría de ocasiones en que me la habían impuesto. Era cierto. En el colegio, como decía, leí sin pena El viejo y el mar, Una burbuja en el limbo, En una silla de ruedas y la ya mencionada Crónica de una muerte anunciada. La Odisea y El Quijote, se me hacían hazañas imposibles. Ni siquiera me preocupé mucho por consumirlas y me atuve a los resúmenes mediocres que nos suministró la profesora, los cuales bastaron para resolver los exámenes mediocres que nos aplicó el Ministerio de educación.

En clase de psicología nos mandaron a leer El alquimista, de Coelho. Me gustó mucho. Ahora, cuando he sido bombardeado por la negativa académica contra ese autor, no puedo evitar arrugar la cara ante su mención. Sin embargo, recuerdo que me gustó. Pasó lo mismo con El demonio y la señorita Prim, que leí por mi cuenta. Tendré que leerlos de nuevo para saber de qué lado estoy.

Impulsado por mi novia de entonces leí Un grito desesperado, de Carlos Cuahutémoc Sánchez. En aquel momento me pareció revelador, puesto que decía cosas que nunca había escuchado o leído en otro lado. Además, mi condición de individuo desinteresado por absolutamente todo se vio apoyada por frases como “Tener cultura es como poseer una colección de pinturas caras: es algo muy apreciado pero que no sirve para nada”. Me alegro de haberlo leído, porque si no, mi aborrecimiento sería completamente infundado.

Comenzando la universidad leí Pedro Páramo y La mujer habitada. El primero me resultó abrumador. Un no lector, o lector no, como era yo entonces, no podía encontrar sentido a semejante maraña de historias intercaladas. La mujer habitada sí me atrapó y me resultó una lectura intensa y agradable. No la he vuelto a leer, pero creo que me volvería a gustar mucho.

La próxima lectura que recuerdo fue Harry Potter. Fui a ver las dos primeras películas y decidí que no iba a esperar a la tercera para saber qué pasaba con la historia. Los leí en un absoluto caos: El prisionero de Azkabán, El cáliz de fuego, La cámara de los secretos, La orden del fénix, La piedra filosofal, El secreto del príncipe y Las reliquias de la muerte. Fue en un período extenso de tiempo, pero junto todos los libros en este párrafo por pura unidad temática.

Aún así, todavía no había comenzado a leer. La lectura se convirtió en parte de mi vida (a veces pienso si la vida no será parte de mi lectura, más bien) a los diecinueve años, cuando me di cuenta de que quería escribir. No sé muy bien cómo fue. Recuerdo estar jugando con unos legos y haber ideado unos personajes de los que no me pude deshacer nunca. Todavía andan aquí adentro, esperando a que los escriba. Pero tendrán que esperar a que lea y viva un poco más, porque me hace falta.

El asunto es que de alguna manera asocié ese súbito influjo creativo con la escritura, y un día un buen amigo me dijo “mae, para escribir bien tiene que leer mucho”. Fue como concebir el mundo de otra manera. Tenía que leer, leer, leer todo lo que pudiera. Fue otro de esos momentos que determinaron mi futuro como literato. De los momentos que me sacaron de una estancada carrera como informático y me llevaron donde tenía que estar.

Busqué todos los libros que tenía guardados desde el cole. Nunca encontré mi edición de En una silla de ruedas, pero di con El Quijote, la susodicha Crónica y algunos más. Fui comprando más y más libros. Hasta hoy no he parado. He leído mucho en estos años, pero aún así es poquísimo en comparación con lo que tengo. Hay cosas que uno se encuentra y no puede dejar pasar, porque algún día las tiene que leer, y en un país anticultural como este, es mejor aprovechar la primera oportunidad de hacerse con un libro, porque puede ser la única.

8 comentarios:

Gustavo Solórzano-Alfaro dijo...

Mi comentario no es tanto sobre tu inciación en la lectura, sino más bien sobre el primer párrafo.

Nuestra época nos ha acostumbrado a reírnos de nostros mismos, a no tomarnos tan en serio y a quitarle un poco de solemnidad a mcuhas cosas. Y está bien, pero recordemos que la ironía es solo un componente, y no solo el componente. Sin lo solemne el arte no existe. El mejor ejemplo es el metal. La mayoría de grupos siguen haciendo música épica, a pesar de que nuestra época nos diga que eso "no va más y está pasado de moda".

Entonces, está bien bromear un poco, pero no serucharnos el piso a nostros mismos todo el tiempo. Puede que a nadie le interese lo que escribís, y podés decirlo, pero sutilmente debés demostrar, además, que te creés el mejor hijueputa de este planeta.

Saludos

P.D.: Tu libro está esperándote. Cien metros no deben ser excusa.

GiseBordalecu dijo...

no sabia que tenias blog juampi! o sea hace 7 años ya que nos conocemos! jajaja

me gusto me gustoo!!!
seguime como te sigo juampi! jaja
te quiero!

Lucas Berruezo dijo...

"La lectura se convirtió en parte de mi vida (a veces pienso si la vida no será parte de mi lectura, más bien)".

Muy buena frase Juan Pablo.

Saludos.

Germán Hernández dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Germán Hernández dijo...

Coincido con Asterion.

Y me voy adelantar a decir algo, mientras leía yo hacía mi propia remembranza, y me pareció muy interesante descubrir por cual intrincado camino llegaste a lectura...

Me has dejado tentado a recordar, volver sobre los pasos y contar mi propia historia y camino... pienso que no sería un ejercicio vano, todo lo contrario.

Un atento saludo y me ha agradado muchísimo visitar tu blog... (hay muchas agradables sorpresas).

Germán Hernández dijo...

Me parece muy atrevido y afortunado que este blog convine tantas cosas que usualmente no vienen mezcladas para el resto de la gente...

Metal, literatura... yo no me atreví con mi blog y me hice uno de sólo metal, por que combinar teología, metal, literatura... jajaja, se vería raro, pero no incompatible pienso yo...

Comento todo esto porque escuché hace poco el disco completo de tu banda en Taringa, y ni idea que sabía que eras miembro, me da mucho gusto venir a descubrirlo casualmente en tu blog...

Incluso les escribí para comprar el disco (no lo he hecho por que ando medio enredado)y hasta subí un post en mi blog de Metal... que pequeño es el mundo

Saludos y perdón por abusar de tu espacio...

J.P. Morales dijo...

Pura vida Germán, me alegra que te gustara la entrada y que te tentara a recordar. Después de todo tenían razón: me parecía un tema trivial para compartirlo y al fin y al cabo terminó gustando a un par de personas, lo cual ya es de agradecer.

Respecto a lo heterogéneo del blog, vieras que nunca me pasó por la cabeza que se fuera a ver raro combinar tantas cosas, porque yo de por sí soy precisamente una combinación de ese montón de temas diferentes, así como cada quien es un revoltijo de temas e intereses. En mi propia obra narrativa se encuentran combinaciones parecidas, ya lo verás si publico algún día.

Me alegra a su vez que te gustara lo heterogéneo de mi-esfera. Un saludo y te espero aquí a menudo.

Respecto a lo del disco, aquí tengo. Escribime a ver si te lo vendemos, pura vida. Y ¿cuál es tu blog metalero? Revisé tu perfil pero no di con él. Tuanis, un saludo.

Germán Hernández dijo...

Jejeje, pues aquí te mando el link de mi blog metalero y ojalá que encuentrés en él algo de tu gusto.

http://meta-signo.blogspot.com/

Saludos y que el fin de año la pases pura vida!!!!